Doce años es tiempo suficiente para poder apreciar la validez de las políticas sobre la educación general y superior que han desarrollado los gobiernos del PLD, de Leonel Fernández y compartes, a lo largo de tres períodos de gobierno.
En estos años hemos tenido algo de todo, desde intentos de mejorar la educación sin dedicarle recursos económicos suficientes para realizarlos, hasta declarar paladinamente que la educación no necesita más dinero, sino discutir sus problemas, pasando por especificar que los nuevos recursos del 2011, tan luchados, solo pudieran utilizarse para construcciones escolares, y al descubrirse que ni eso se hizo, violando la ley y la Constitución de la República, excusarse diciendo que bajó el flujo de préstamos y donaciones, aunque no explicaron porqué estos recursos no escasearon para mega proyectos como el Metro Santo Domingo o las Torres de apartamentos multimillonarios de la avenida Luperón, verdaderos monumentos a la corrupción, sin contar la compra de textos alienantes a precios increíbles y la construcción de un anexo con ascensor privado y una remodelación del Palacio de Bellas Artes a precio de oro, mientras padecemos los efectos de tener la educación de peor calidad de mundo, Haití incluido.
En educación superior han sido encomiables los esfuerzos por construir edificios para la sede principal y algunos centros regionales, continuando los realizados por la administración de Hipólito Mejía y el aumento de las becas de estudios en el país y el extranjero. Lo que no se entiende es cómo se las arreglan para que les cueste el edificio de parqueos a razón de ochocientos mil pesos cada uno, y porque el piso de la biblioteca hubo que cambiarlo sin haberlo usado, y porqué no se da el dinero para mantener esos centros.
Con relación a la sede de la UASD, hay una visión absurda de lo que debe ser una Universidad, pues construyen parqueo que está en un rincón del Campus, muy alejado de las aulas, el comedor lejos de donde estaba, al igual que una torre administrativa, por lo que ahora deben designarse gobernadores para cuidar los edificios de las facultades. Se hace una vía de acceso rápido de 50 millones de dólares, solo unidireccional, que cierra la puerta principal del recinto, y en cambio se trasladan los vendedores ambulantes junto a las casas de familias de toda la periferia, que se ha arrabalizado. No contentos con eso se tratar de comprar por libras a los estudiantes, con pequeñas computadoras y boletos de comida. Por otra parte a la UASD se le asignó durante la administración de Hipólito Mejía un extenso terreno en San Luis, para que se pudiesen construir aulas para los numerosos estudiantes de los municipios del este y el norte de la provincia de Santo Domingo, pero esta administración se lo retiró, y en cambio se le recortó por varias partes la sede del Distrito Nacional, parte de estos, unos 15 mil metros, para construir un hospital Oncológico universitario, y ahora pretenden dejarla fuera de su administración, al igual que al patronato que ha patrocinado el actual centro.
Cosas veredes, Sancho