Ya son varias las veces que he denunciado el paso de los haitianos hacia nuestro país. Lo han hecho por lugares no vigilados, usualmente. Pero también por otros que cuentan con vigilancia militar.

Y esto acaba de constatarse. En Elías Piña han apresado a militares, léanlo bien, a militares, que han dejado pasar a nuestro territorio a grupos de haitianos.

Y, según lo divulgado, militares incluyendo oficiales, también han sido detenidos por recibir dinero. Se detuvo un autobús que se dirigía a esta capital con… ¡cuarenta! haitianos a bordo.

Para mí, esto no es noticia, ya que conozco la frontera desde Dajabón hasta Pedernales y he visto, sí, he visto, a haitianos cruzando subrepticiamente para este lado.

Esta práctica no es reciente, constantemente haitianos cruzan la frontera y hacen varias cosas para mantenerse. Unos trabajan en la industria de la construcción, en la que los responsables no exigen sus documentos de identidad para saber si son o no son indocumentados.

En nuestras calles se pueden ver haitianas con niños en los brazos pidiendo limosnas. Y nadie hace nada para devolverlas a sus lugares de origen.

Un autobús fue hace poco interceptado en la frontera y la persona indicada como organizadora del viaje se dio a la fuga, pero un raso del Ejército Nacional, al ver desacatado su orden, abrió fuego, matando a Tomás Lebrón Madé, alias “Mayayo”.

Otra persona trató de sobornar, nada menos y nada más que al general Felipe Henríquez Molina, del E.N., cuando éste interceptó el autobús que transportaba a los haitianos, en el puente sobre el río San Juan.

Cada uno de los haitianos había pagado la suma de tres mil pesos oro por el viaje. Y miren que este fue bastante largo. El vehículo ya había “burlado” registros de la fortaleza Estrelleta, Matayaya, Las Matas de Farfán, dos en Pedro Corto y uno en Comendador.

Todos los militares, incluyendo oficiales que prestaban servicios en San Juan y otros lugares fueron apresados.

El haitiano pasa un hambre “de cuadritos” por falta de tierras agrícolas, principalmente.

Los dominicanos no podemos hacer nada, o prácticamente nada.