Mi ahijada Carolina Bonó Suazo, de niña, cuando le asustaba algún monstruo de la película para pequeños infantil preguntaba ¿a quién se come? Era una manifestación de miedo e ignorancia, pero, una vez sabida la respuesta, seguía viendo su película de lo más quitada de bulla. Es probable que no recuerde aquel momento.
El doctor Enrique (Quique) Acevedo Gautier, político que brilló en la década de 1960, denunció que los negociadores del contrato entre Falconbridge y el Estado dominicano aceptaron regalías menores que las ofrecidas por la empresa extranjera, pese a la gravedad, el asunto fue sepultado por un alud de noticias relacionadas con cualquier cosa, por donde sí se radió la noticia fue por la trinchera de la verdad que era el noticiario de Radio Comercial, Noti-Tiempo, yo fui quien redactó la nota.
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Nadie se ocupó de profundizar la denuncia de Quique pese a que pudo ser un acto de corrupción mediante el depósito de la diferencia entre el monto ofrecido y el aceptado, bastaba con depositar la diferencia en una cuenta ultrasecreta en un banco de los que ocultaban el origen de los depósitos.
Hay quienes olvidan o desconocen que por nuestra condición de isla tenemos una flora y una fauna reducida, sin embargo, una vez tuvimos tantas aves que ya no recuerdo sus nombres: a saber: Carpintero, Cigua, Zumbador, Judío, Rola, Calandria, Picaflor, Barrancolí, Paloma, Rola, Rolón, Cotorra, Jilguero, Loro, Papagallo, Guinea, Gavilán, Pájaro Bobo, Lechuza, Perico, conforme a investigadores y ornitólogos hay más de 300 aves nativas de aquí. Solo deben quedar 15 o 20 especies, perseguidas por los tirapiedras y los ladrones que las capturan en los campos más remotos y las venden en el centro de Santo Domingo ante los ojos ignorantes y cómplices de autoridades.
Hijo de cazador recuerdo cómo papá, Julio Gautreaux, producía las municiones con las que llenaba los cartuchos de sus escopetas y salía con amigos como Dn. Linero Nolasco, Antonio (Tonito) Morales Piantini, Máximo (El Curita) Zorrilla González, Dn Luis Portino. Ninguno usaba escopetas de repetición cuyo empleo consideraban criminal por el amplio alcance de un disparo que permitió, como récord, que Tonito Morales tumbara 5 palomas de un tiro.
Después un grupo de ricos eliminó los lugares de comederos empleados por las palomas que iban de paso hacia el este, que no se reproducían aquí y recuerdo cómo el pariente Juan Evaristo Gautreau defendía la no regulación de esa caza, que papá favorecía, hasta que acabaron con aquellas hermosas bandadas de palomas que iban de paso.
La tilapia acabó con los peces de la laguna de Cabral.
Regular la pesca y la caza también es un derecho de supervivencia.