El político que durante la pasada gestión de gobierno actuó como secretario de Salud, anunció en varias oportunidades el desmonte de la cuota de recuperación en los hospitales públicos. En la práctica eso nunca se produjo y la gente lo tomó como otro anuncio demagógico propio de los políticos.
Hace algunos días, el nuevo ministro de Salud anunció la eliminación de la cuota de recuperación mientras clausuraba una caja en el hospital Moscoso Puello, pero desafortunadamente la misma nota periodística mencionaba que eso fue parte del desmonte gradual, por etapas, progresivo, etcétera, de dicha cuota.
Todos sabemos lo que es un monte, lo que es montar y lo que es montarse. Lo cierto es que las tres acepciones se interrelacionan en la llamada cuota de recuperación, pues su montaje fue desnaturalizado, porque ese aporte mínimo de algunos ciudadanos, concebido de buena fe para contribuir a la mejoría en la calidad de los servicios, fue usado para montar nominillas, favorecer la distracción de recursos difícilmente rastreables con cuentas y gastos fantasmas de directores y administradores corruptos, involucrando parte del personal¸ mientras se alivianaba la carga del Ministerio con algunos millones.
Por lo anterior es que ha durado tanto (aproximadamente 10 años) el desmonte de la cuota de recuperación, aun con los ingresos adicionales aportados por el Seguro Nacional de Salud (SENASA) y prestadoras de servicios de salud privadas, pues los que se montaron en ella para sacar pingües beneficios, encuentran muy difícil tener que apearse y aunque la cámara de cuentos realice sus auditorías, nadie las toma en serio a menos que sea un montaje sobre alguien que al gobierno le interese desmontar.