Lo escribí hace 15 años

Lo escribí hace 15 años

Teófilo Quico Tabar

Tenemos la obligación de reconvertir nuestras sociedades en creíbles

El 4 de diciembre del año 2006, escribí un artículo que titulé: Una sociedad atrapada y condicionada. En ese entonces disponíamos de más espacio, por lo que solo recordaré algunos párrafos de lo que advertí, para que evitáramos continuar por caminos equivocados. Decía:

“Estamos viviendo en sociedades en las que se han ido creando tantos hilos de intereses entre los grupos y sectores que protagonizan las diferentes actividades, que se están formando una especie de telarañas que podrían cubrirlas, atarlas, condicionarlas.

“Diferentes sectores se cruzan, mezclan y entrelazan, al punto de que casi todos se han interconectado. De forma tal, que cuando se toca uno de ellos, los efectos se sienten en los otros. Esto está dando paso a sociedades, cuyas consecuencias todavía muchos no son capaces de vislumbrar a corto y mediano plazo.

“Si esos hilos continúan fortaleciéndose bajo el manto de la impunidad, la gobernabilidad o el ropaje de nuevos estilos de vida moderna y dentro del esquema de sociedades más “avanzadas”, permeando el comportamiento de la gran capa social, será mucho más preocupante y peligroso. Porque si se continúa influyendo y empujando este esquema negativo hacia el resto de la sociedad, se convertirá en una calamidad solo curable con una hecatombe”

“Con frecuencia se rebuscan palabras para disfrazar las realidades. Se ofrecen excusas o explicaciones, la mayoría carente de fundamentos lógicos. Solo para justificar acciones o inconductas. Nos están conduciendo a hacia donde no se sabe bien lo que es verdad completa o mentira disfrazada.

“Por eso casi nadie quiere que se hable de los conflictos de interese que corroen y destruyen los principios éticos y morales de los pueblos. Constituyéndose en la peor forma de corrupción, tanto en lo público como en lo privado. En una lacra social. En un flagelo difícil de combatir, sobre todo en sociedades condicionadas.

“Si de verdad aspiramos a mejores países o naciones. Si deseamos combatir los males que en realidad impiden su crecimiento sano y armónico. Si creemos que hay que cambiar las cosas que nos conducen al deterioro moral.

Si se entiende que la corrupción es el gran causante de los males que nos afectan y aspiramos a una sociedad creíble, tenemos que establecer códigos de conductas y mecanismos legales que de manera clara, definida y contundente eviten y castiguen dichos males.

“Tenemos la obligación de reconvertir nuestras sociedades en creíbles. Pero primero y sobre todo, lograr que los protagonistas del diario hacer puedan representar los verdaderos intereses nacionales. Evitando que se continúen hilvanado mantos que las cubran, para condicionarla y ponerla de rodillas ante las inconductas y los intereses particulares.

“Sabemos que el problema es grave y sobre todo difícil para determinar por donde comenzar. Ahí tal vez está el detalle. Pero se hace necesario confeccionar códigos de conducta que permitan transitar por un camino que conduzca a sociedades libres de conflictos y con suficiente calidad moral.

Fue una advertencia sana. Conscientes del progresivo deterioro moral. Pero qué va. No era importante. Gracias a Dios que la esperanza todavía está latente.

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