POR CLARA SILVESTRE
Un punto esencial en la decoración es la buena ambientación, y la creatividad lo básico para lograrlo. En los distintos espacios de esta residencia existe un punto común: lo étnico, mostrando un interés por lo africano, puesto de manifiesto en diferentes lugares de la casa.

Lo interesante es que la propietaria fue tomando esa línea sin proponérselo, colocando piezas que armonizaban unas con otras, al tiempo que fue creando un conjunto que agrada a todos, sin importar la edad.

Incorporó también algunos detalles marroquíes para darle un toque distinto y actual al ambiente, realzado por el color y el brillo que lo caracteriza, y como una forma de romper con la rigidez natural de la madera.  

Las caretas, colocadas en uno de los muros del estar, reafirman lo antes expuesto, aún más, si se visualiza al otro extremo un mural en toda la pared, realizado por ella y su hija.

La imagen fue tomada de un tapiz africano, los dibujos fueron realizados por la niña, pues precisamente la idea era lograr esos detalles de trazos infantiles, luego ella concluyó la labor dando las diferentes tonalidades que le ofrecen la belleza lograda.

A través del color logró un ambiente monocromático, con tonos de amarillos, ocres, marrones, lo que le aporta calidez a estas áreas. Como la luz irrumpía de manera impetuosa, por la altura donde se encuentra este apartamento, optó por colocar ventanas venecianas, ya que se puede dejar pasar o bloquear según se desee.

Por ejemplo en el comedor, quiso mantener más sobriedad, a la vez de no sobrecargar el ambiente con piezas innecesarias. La credenza acompaña al comedor sin pretender competencia alguna. Luego, los elementos complementan el estilo.

Como elemento distintivo de esta área se encuentra una cabeza de venado hecha en barro, colocada en la pared principal del salón. Esta pieza tiene un valor especial para ella, puesto que le habían regalado los cuernos, y decidió hacerle la cabeza en barro, buscando la mejor forma de lograrlo.