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La recuperación de Estados Unidos vacila. Los recientes informes, aunque sin desconcertar los mercados, contenían más malas noticias que buenas, a lo que siguió una gran cantidad de otros indicadores decepcionantes. Lo que el Congreso puede hacer bajo las actuales circunstancias es limitado, pero los políticos de Washington se aseguran de ni siquiera hacer eso. Una recuperación sin fuerzas y un reñido gobierno impotente no es una fórmula para restaurar la confianza.
En el sector no agrícola la plantilla de empleo cayó por debajo de 125.000 en junio. Esto era aproximadamente lo que se esperaba, desde que el gobierno despidiera a trabajadores temporales del censo. La tasa del paro cayó del 9,7% al 9,5% – buenas noticias por sí mismas, excepto que sucedieron por la razón equivocada.
El número de personas que buscan trabajo disminuyó: si usted está desempleado pero ya no busca trabajo, usted no está «en paro».
Un número clave para el sector privado que emplea, fue 83.000, menos de lo esperado, seguido de un número todavía peor para mayo. Ambas, tanto las horas promedio como la ganancia por hora aunque modestamente, cayeron – destacando indicadores de una debilidad continuada en la bolsa de trabajo. Ajustado de acuerdo a la temporada, la duración media del paro subió a 25 semanas, sumándose a los temores de que la esclerosis europea quizás infecte a los E.U.
Estas sombrías figuras no aparecieron aisladas. El índice provisto por el Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, por sus siglas en inglés) entró más bajo de lo esperado. El panorama empeoró tanto para emplear como para las órdenes.
El mercado de la vivienda se tambaleó otra vez, al expirar los créditos tributarios. Las ventas pendientes de viviendas cayeron en un 30%, contra un descenso esperado del 12,5%. Eso era malas noticias para precios de las viviendas, que apenas se recuperaban de su baja durante el 2009. Más analistas comienzan a temer una doble depresión en el mercado inmobiliario.
Como señalara en una columna anterior, la interacción entre el mercado inmobiliario y el mercado laboral es una preocupación particular. El patrimonio negativo sujeta a propietarios de viviendas, impidiendo la movilidad que aumentó el crecimiento de la oferta laboral durante recuperaciones anteriores de E.U. El quebrantado patrimonio neto, la amenaza progresiva de ejecución de una hipoteca, y la vacilante bolsa laboral pesan con fuerza excepcional en la confianza del consumidor – que cayó bruscamente en junio, según el Conference Board.
Con la dilación en la recuperación, ¿cómo debe responder la política? Sencillo: manteniendo una política monetaria libre, y proporcionando estímulo fiscal si las condiciones lo permiten. Pero, ¿lo permiten? Con elecciones en el camino, la discusión en Washington sobre este tema es cada vez más amarga. El resultado es un grado de parálisis excepcional aún para los notables estándares de esta ciudad.
Las condiciones no sólo permiten, pero, además demandan una extensión del estímulo fiscal. Los tipos de interés a largo plazo son muy bajos. E.U. le ha negado el lujo a otros países de ser capaces de imprimir las reservas de divisa del mundo. Un día, la inflación será un problema nuevamente; hoy, es la menor de las preocupaciones del país. No hay signos de estrés en el mercado para la deuda del gobierno de E.U.
Ahora, esto no durará. Llegará un tiempo en el cual el curso fiscal del país tendrá que cambiar. Las últimas proyecciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso resaltan el punto. En las usuales suposiciones de negocio (diferentes de la base «de la actual ley», pero más realista), la deuda pública de E.U. está en camino de exceder el 100% del producto interno bruto en el 2025 y alcanzar el 185% del PIB en el 2035. Serán necesarias fuertes medidas como el recorte de gastos y el aumento de los impuestos – para estabilizar la proporción a un nivel seguro, con esto quiero decir a un nivel que permita una fuerte acción fiscal durante la próxima crisis económica.
Ignorar esto, como partidarios de una tendencia de estímulo, es un error grave en ambos términos, tanto político como económico. Para mantener la política fiscal como un instrumento anti recesión, se necesita un compromiso hacia control fiscal en este momento. Con alarma sobre el panorama de una la deuda tan esparcida, esta sea quizás la mejor solución que el Congreso podría implementar para restaurar la confianza. Una estrategia de consolidación fiscal a largo plazo proporcionaría estímulo adicional mayor, quizás, a un extra de $100mm-$200mm añadido al déficit a corto plazo.
Dado lo anterior, la restricción a corto plazo es tanto innecesaria como peligrosa. Una segunda baja, si se permite que suceda, aplastará el efecto sobre el ajuste de cualquier deuda a corto plazo. El equilibrio para los riesgos señala al mantenimiento de una política fiscal liberal durante este año y el próximo. Los datos más recientes sólo refuerzan el caso.
Esta prescripción ridículamente sencilla – mantiene o añade a estímulo por el momento, el plan para reducir la deuda una vez que la economía se refuerce – evidentemente va más allá de las dos ramas del gobierno. En el Congreso, los republicanos presienten el triunfo en noviembre. Una fallida recuperación es su aliada, siempre que ellos pueden culpar a la supuesta irresponsabilidad fiscal de la actual administración. La estrategia está funcionando. Incluso, tiene al partido votando por el bloqueo de extensiones a los subsidios de paro, que en estas circunstancias no solamente es mala política económica pero además es un insulto a la decencia.
Pero, ¿dónde está el liderazgo de Barack Obama cuándo usted lo necesita? La Casa Blanca permite que los republicanos ganen el enfrentamiento negándose a abordar el asunto a largo plazo. El presidente organizó una comisión fiscal para hacer recomendaciones – un dispositivo dilatador clásico. El y su partido, si creen en algo, creen en el gobierno más grande. Sin embargo, ha atado sus propias las manos a los ingresos prometiendo no aumentar el impuesto para la mayoría de los norteamericanos. Ha empujado una reforma de asistencia sanitaria impopular que sólo él y la mayoría sus más fervientes aliados creen recortará costos.
Entonces ¿es sorprende que el país piense que la política fiscal está fuera de control, aún hasta el punto de mirar cautelosamente los beneficios prolongados a los desempleados? Para conseguir hacer a su manera el estímulo a corto plazo, la Casa Blanca debe hablar en serio acerca de política presupuestaria de largo plazo. El silencio es ensordecedor.
La cifra
83,000
Es el número clave para el sector privado que emplea en Estados Unidos, una cifra menos de lo esperado, seguido de un número todavía peor para mayo.
Las claves
1. Paro disminuye
La tasa del paro cayó del 9,7% al 9,5% – buenas noticias por sí mismas, excepto que sucedieron por la razón equivocada. El número de personas que buscan trabajo disminuyó.
2. Sector viviendas
El mercado de la vivienda se tambaleó otra vez, al expirar los créditos tributarios. Las ventas pendientes de viviendas cayeron en un 30%, contra un descenso esperado del 12,5%.
3. Predicciones
Llegará un tiempo en el cual el curso fiscal del país tendrá que cambiar. Las últimas proyecciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso resaltan el punto. La deuda pública de E.U. está en camino de exceder el 100% del producto interno bruto en el 2025 y alcanzar el 185% del PIB en el 2035.
3. Republicanos tras triunfo
Los republicanos presienten el triunfo en noviembre. Una fallida recuperación es su aliada, siempre que ellos pueden culpar a la supuesta irresponsabilidad fiscal de la actual administración
VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTÍNEZ