Lo legal avasalló a lo  legítimo

Lo legal avasalló a lo  legítimo

El Senado aprobó, al vapor y  sin disidencia interna alguna, el proyecto de Presupuesto General del Estado. Siendo su composición avasalladoramente peledeísta, no se entiende que lo hiciera con tanta premura, a no ser que la prisa fuera para evitar  que sectores de la sociedad hicieran legítimos planteamientos, no necesariamente sobre el monto total, que está atado a un acuerdo con el FMI, sino acerca de  las proporciones de las asignaciones en función de orden de prioridades.

A raíz de su aplastante triunfo en las últimas elecciones congresuales y municipales, portavoces del PLD prometieron que no utilizarían su mayoría para avasallar. La forma en que fue aprobado el presupuesto contradice ese discurso. Aunque el conocimiento y sanción del presupuesto es facultad del Congreso, la ponderación de su distribución y los montos de las asignaciones es materia en que tienen voz muchos sectores representativos de la sociedad civil.

Era legítimo escuchar, y  acoger si fuere razonable, recomendaciones de la sociedad civil para reajustar asignaciones sin variar el monto global del presupuesto. Esa conducta  hubiese estado en armonía con la prédica de no avasallar y actuar de la manera más democrática posible. El Senado ha actuado con apego a la ley y eso no se discute, pero en este caso lo legal no ha estado  en plena armonía con lo legítimo.

Una consigna para progresar

Del V Foro de Competitividad de las Américas ha surgido la que debería ser la consigna clave para lograr el progreso de nuestro país.

Los esfuerzos y recursos destinados a  impulsar una educación de calidad serán siempre una inversión que tiene garantizado   retorno de altos beneficios sociales y económicos.

En la apertura del foro, el Presidente Leonel Fernández y la  secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton han coincidido en esta necesidad.

 Sería útil pasar de esta consigna al diseño de una política de alcance regional que comprometa a cada país en la prioridad de impulsar la educación de alta calidad.

El conocimiento, abonado por medio de una buena enseñanza, es la herramienta clave del progreso. A trabajar en la materialización de esta consigna.

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