Lo más urgente

Lo más urgente

POR JOSE MANUEL GUZMAN IBARRA
La presente crisis es una de las más graves y al mismo tiempo subestimadas de nuestra historia. Estamos en una crisis de efectos notorios – todo el mundo lo ve- y gravísimos, todo el mundo lo sufre. Lo que no todos hemos entendido es que tan profunda y cuan largo podrían ser sus efectos. Lo más urgente para superarla es estabilizar las variables macroeconómicas. Eso es más fácil decirlo que asimilarlo.

Si queremos ejemplos de la confusión económica de algunos actores sociales y empresariales sólo habría que ver algunas de las propuestas de reforma fiscal. En algunos casos encontraremos una evidente voracidad, en otros un desconocimiento de las complejas características de esta crisis. Algunos, por ejemplo, llegan a preocuparse más por tomar medidas para salir de la recesión que en solucionar el tema de la estabilidad. Otros parecen entender que hay posibilidad, por cualquier razón, de evadir el costo para salir de la crisis.

Sin embargo, la recesión es, hasta cierto punto, parte del remedio que se aplicó para evitar mayores devaluaciones y presiones inflacionarias. Volver a un equilibrio económico donde la inflación sea controlada, el tipo de cambio sea estable y haya crecimiento económico exige condiciones previas, monetarias y fiscales. Dicho de otro modo, no hay regreso al camino del bienestar sin tomar costosas medidas.

Por otro lado, a pesar de que todos tenemos buenas razones para no querer más impuestos, no hay forma de que superemos los efectos negativos de la crisis sin costos. Todos: industriales, consumidores, banqueros, publicistas, ahorrantes, hoteleros o exportadores perdemos más con la inestabilidad que con cualquier figura impositiva.

Así, antes de preocuparnos por salir de la recesión debemos tener en absoluto control las variables macroeconómicas. El argumento usado por algunos de que algún impuesto profundiza la recesión, para ser valido, tiene que ir acompañado de una propuesta tangible, veraz, sostenible de cómo se logrará el equilibrio fiscal en el 2004 y en el 2005.

En otro orden, para argumentar con responsabilidad el no aumento del ITBIS como han hecho algunos grupos populares debe incluirse una propuesta de renuncia a todo aumento salarial en un año, a una disminución del consumo familiar, y a tener paciencia en el cuanto a la creación de nuevos empleos. Un escenario, además, que no garantizaría la salida de la crisis. Los grupos populares deberían revisar el alcance y consecuencia de su petición. Si los congresistas le hicieran caso estaríamos al borde de impuestos al consumo de más del 50%, es decir de inflación galopante, que sabemos es más nociva que un aumento de un 2% a productos que no están en la canasta básica.

Lo más urgente es lograr la reforma fiscal que garantice, en cifras redondas, los 9 mil millones de este año y los 23 mil del siguiente. Sin eso, la perspectiva es la convertir la inflación en hiperinflación y la recesión coyuntural en estructural. Si arriesgamos la salud fiscal cualquier posibilidad de superar la crisis quedará sepultada. ¿Cuántos años duró la recesión en Japón?

No nos hagamos ilusiones, sin más impuestos, no hay estabilidad fiscal, no hay mejora posible en los servicios públicos. Estaríamos convirtiendo una crisis de apariencia coyuntural en una de evidencia estructural, con efectos que pueden durar años. La reforma fiscal es lo urgente. Volver a la estabilidad debía ser el punto de partida de cualquier propuesta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas