Lo mejor del Prêt-à-porter  de París

Lo mejor del Prêt-à-porter  de París

PARIS.  AFP. Las presentaciones de prêt-à-porter para la temporada otoño-invierno 2008-09, que terminaron el domingo en París tras ocho días de desfiles intensos, mostraron una gran vitalidad y variedad creativa, con una moda sumamente refinada, próxima de la alta costura, y mucho color.

   La Semana de la Moda parisina fue marco de dos pruebas de fuego: los primeros desfiles del colombiano Esteban Cortázar para Ungaro y de la italiana Alessandra Facchinetti para Valentino.   Un relevo exitoso,  Cortázar fue  aplaudido.

Las pieles de Gaultier

 Jean Paul Gaultier se inclina por las pieles de mil maneras. El cuento de Charles Perrault inspira a Jean Paul Gaultier, pero esta vez “Piel de asno” cambió su humilde abrigo por opulentas pieles. El modisto rindió en su desfile homenaje a una célebre amiga y cliente, la actriz Catherine Deneuve, quien interpretó la adaptación cinematográfica del cuento dirigida por  Jacques Demy y que, como de costumbre, asistió al desfile.

 Es verdad que su colección es un despliegue de todo tipo de pieles, desde zorro hasta visón, pasando por pieles sintéticas. “Hay muchos efectos de pieles que en realidad son falsas, estampadas, de cuero o de ante”, dijo el diseñador.

La elegancia formal de Vuitton

   Para Louis Vuitton, Marc Jacobs propone siluetas de derviches giradores, con gruesas faldas amplias y claras y chaquetas estrechas.

   El talle de las chaquetas es levantado por aros, los pliegues crean volúmenes en las faldas, los pantalones son amplios, el ruedo de los vestidos se levanta a un lado, retenido por un lazo.

   La suavidad preside la paleta de colores: crema, celeste, amarillo pálido, gris perla, beige.

“Pensamos solamente en la forma, una forma fuerte, gráfica. Es una visión de lo que parecen, a mi parecer, los desfiles de moda franceses: chicas perfectas de empaque sorprendente”, dijo el diseñador, nacido en Nueva York  el 9 de abril de 1963.

Elegancia descuidada de Nina Ricci

Una cierta dejadez torna informal la elegancia en la colección de Nina Ricci para el próximo invierno, presentada el domingo en París, mientras Marc Jacobs imagina para Louis Vuitton una elegancia formal.

   Las mujeres de Nina Ricci utilizan largos vestidos cerrados hasta el cuello y de mangas largas, en modelos en que el recato es sólo apariencia, pues los escotes son vertiginosos en la espalda, o el vestido se abre con un largo cierre sobre un segundo. «Hay un  poco de dejadez, un lado descuidado», explica el diseñador de la casa, Olivier Theyskens, «como si los vestidos no estuvieran cerrados, lo que me parece sensual».

En rayas blancas y negras 

Rayas blancas y negras, un estampado de apariencia tan sencilla ofrece a la mujer del invierno 2008-2009 algunos de sus más sublimes vestidos, como pudo verse  en la pasarela del Carrousel del Louvre.

   Elie Saab presentó bellísimos modelos, cortos y largos, plisados o vaporosos, aptos para el coctel o la gala más exquisita y que inundaron de belleza su desfile en París, donde el modisto libanés presentó una colección capaz de fascinar a las princesas de las “Mil y una noches” y a sus príncipes.

   No fue una sorpresa, pues este artista, que cuenta entre sus clientas a la reina Rania de Jordania y a numerosas grandes damas de países orientales, es un maestro en la materia.

La elegancia de Valentino modernizada por Facchinetti

La nueva diseñadora de la casa Valentino, Alessandra Facchinetti, modernizó el estilo de la firma respetando al mismo tiempo su espíritu, en la colección de prêt-à-porter femenino para el próximo invierno, presentada el jueves en las pasarelas de París.

   La diseñadora, que reemplazó al fundador de la casa en septiembre pasado, propuso un vestuario menos pletórico que los preparados por el maestro Valentino, abandonando el “glamour hollywoodiano” sin renunciar a su elegancia refinada.

   Alessandra Facchinetti imagina el invierno en trajes sastre de faldas fluidas y chaquetas cortas, abrigos trapecio de abotonadura doble y vestidos de muselina de talle marcado por un cinturón de hebilla dorada.

   Las mangas se ensanchan a menudo. Los vestidos y faldas se adornan con cascadas de volantes que parecen haber sido cortados con láser. Un gran lazo negro puntúa un vestido de seda blanco con volados irregulares.

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