Lo mejor que he oído

Lo mejor que he oído

Los problemas más perentorios y acuciantes para nuestro país y en especial para la ciudad capital son: La falta de agua potable, el tránsito vehicular y el problema eléctrico. Dejo en tercer lugar el tema eléctrico porque es el que aparenta encaminarse a una solución. Del primero ya hemos hablado bastante de las granceras depredadoras y sus cómplices de Medio Ambiente como también de las mineras envenenadoras y seguiremos hablando. Ahora solo vamos a tratar el tema que más nos agobia desde que despertamos hasta la hora de dormir: La tragedia del desplazamiento vehicular.

Para salir a la calle debemos prepararnos psicológicamente para perder alrededor de cuatro a cinco horas de nuestro tiempo y dedicarlas a necias procesiones de vehículos, debido a varios factores: Excesivo número de vehículos, recogida de basura en horas laborables (diferente a países civilizados que recogen de madrugada), tránsito de vehículos pesados, desconsideración, desconocimiento y violación de leyes de transito de conductores. Diariamente vemos vehículos estacionados en esquinas que impiden el viraje adecuado, abusadores desplazándose en vía contraria, choferes del concho recogiendo pasajeros en las esquinas, motocicletas que salen de frente en cualquier sitio y mil firmas más. El 9-1-1 no puede cumplir a cabalidad su misión.

Es necesario decir con alarma y pena que el país pierde demasiado dinero en combustible y demasiada salud por la contaminación del Co2 (dióxido de carbono). Vemos vehículos pasar por delante de agentes de Amet disparándoles sin ambages chorros de gases venenosos. Esas horas perdidas en tapones infernales impidiéndonos cumplir totalmente con nuestras obligaciones bien podrían ser empleadas en algo productivo.

Para esta tragedia hay varias soluciones: primero, basura y vehículos pesados solo desplazarse en la madrugada. Segundo, que los agentes de Amet aprieten y pongan las multas correspondientes y/o en algunos casos el arresto de los violadores, y tercero, que es el más importante de todos: el desplazamiento de personas debe hacerse en forma masiva. Entonces nos preguntamos: ¿En autobuses, en tranvía o trenes? Esa simple pregunta seguirá generando discusiones interminables, en las que prevalecen consideraciones subjetivas sobre intereses y argumentos técnicos. No hay respuesta definitiva: cada tecnología es apropiada para determinadas condiciones. En zonas urbanas de baja densidad con pocos viajeros es absurdo pensar en un Metro o un sistema organizado de autobuses de alta capacidad, pero ese no es el caso de la Ciudad Primada de América.

He oído decir del precandidato a Alcalde del PLD, Domingo Contreras, a quien solo he visto en fotos, que si llega a Alcalde pondrá en funcionamiento un tranvía. Es lo mejor que he oído hace mucho tiempo.
Cuando la primera línea del Metro estaba en licitación, asistimos a una conferencia en la que ingenieros nos explicaron que por menos de la mitad del presupuesto original de esa primera línea ellos construían un Metro igual al de Tokio, por encima de la ciudad, no subterráneo. Aparte de más económico se hacía en poco tiempo. Vendría desde Los Alcarrizos hasta San Luis y abarcaba toda la ciudad de Santo Domingo.

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