¿Lo necesito o lo quiero?

¿Lo necesito o lo quiero?

Samuel Luna

Hace poco decidimos mudarnos a una nueva casa, en mi mente de hombre con una naturaleza monotarea todo se veía muy fácil y que la mudanza iba a fluir  de forma rápida. Antes de proceder a mover los mobiliarios y objetos de la casa, mi esposa me expresó que debíamos tener muchas cajas. No tomé en serio la palabra “muchas cajas”, pensé que era una frase hiperbólica que mi esposa usó para mermar el momento de tensión causado por una locura llamada mudanza. Como hombres nosotros únicamente pensamos en mudar las cosas que se ven; los muebles, la estufa, las camas, la nevera  y las ropas. Nosotros como hombres tendemos a sufrir de estupidez cuando nos enfrentamos a la multitarea.

Las mujeres tienden a ser más exitosas cuando se trata de un trabajo con elementos multitareas, y ellas no caen dentro de las bobadas que nosotros como hombres
 sí caemos, debido a la
influencia cultural en los roles, o tal vez a la  falta de entrenamiento, o quizás debido a una base Neurobiológica que difiere entre el hombre y la mujer.
Por ejemplo, cuando mi esposa y yo iniciamos el proceso de desarme en la casa, me sorprendí al ver la enorme tarea que mi compañera estaba haciendo, y ver todas las partes superfluas de “mis pertenencias” que yo tenía y no lo sabía *(no son mis pertenencias, únicamente las administro).* Algunas de las cosas que estaban empacadas por años no estaban registrada en mi mente, algunas pertenecían a mis amigos y familiares; lo que más me sorprendió fue ver la cantidad de cajas llenas de deseos convertidos en materia sin alma y sin vida. Así es, muchas de las cosas que poseemos realmente no la necesitamos, solamente queremos poseerlas.

Una buena amiga me expresó en medio de la monstruosa y complicada mudanza, justamente en el momento que yo estaba exhausto y refunfuñón, debido al cansancio y de ver dizque mis pertenencias de mi naturaleza consumista, egoísta, insaciable y materialista depositados en cajas frágiles de cartón; en ese escenario mi amiga me expresó: “Samuel, mi padre me enseñó que antes de obtener algo debo de hacerme la
pregunta ¿lo necesito o lo quiero?” Esa pregunta me inquietó y me llevó a una reflexión existencial, la pregunta me dirigió a una realidad indefendible, que realmente como seres humanos no necesitamos cositas y objetos para vivir una vida en abundancia. No necesitamos llenar nuestras casas de basuras que generen polvo.

La idea de acumular es fruto de la inseguridad. No importa si acumulamos libros, ropas, juegos, carros o dinero. Cualquier cosa que nos cargue no la necesitamos, solamente la queremos. Cargar nuestra efímera existencia aquí en la tierra con cosas que nos quiten espacio, energía y la tranquidad no es sabio ni saludable. Hay cosas que sí debemos proteger, debemos conservar a los amigos, debemos conservar y guardar las buenas memorias y costumbres de nuestra herencia cultural, las acciones que impacten el comportamiento colectivo, dejar una buena historia y modelo a seguir si ejercemos el ejercicio de la política. Debemos completar acciones que hagan crecer a la familia. Todo lo que adminístranos debemos compartirlo con los demás. Es mejor dar que recibir. El libro antiguo de Eclesiastés nos recuerda que: “Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo!”

¿Lo necesito o lo quiero?

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