“La finalidad de la estadística consiste en la legitimidad de las diversas relaciones, en la obtención de lo más posiblemente absoluto de los fenómenos relativos, de lo constante obtenido de lo variable y en sacar de lo nuevo las leyes relativas” en 1840. J. E. Wörl Erläuterungen, filósofo alemán.
La costumbre de ver y escuchar cosas desagradables, de la sociedad dominicana y del mundo, está condicionando los ojos, los oídos y la mente de las personas en la dirección negativa al momento de evaluar los eventos, que aunque no deseables, su ocurrir demanda atención, reflexión y acción.
La actitud pertinente hoy refiere un cambio paradigmático, dirigido a convertir la debilidad en fortaleza y oportunidad. Porque el temor a escuchar y ver la verdad que nos horroriza, nubla las orientaciones para conocer la realidad y situar la coyuntura que permita corregir los verdaderos problemas y avanzar.
Recientemente se publicaron los resultados de la evaluación realizada en el 2015 por el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), evento en el que por primera vez participa la República Dominicana.
El estudio PISA evalúo los conocimientos en habilidad lectora, matemática y ciencias del nivel secundario y contó con la participación de 70 países de diferentes continentes, en los que están incluidos 14 países de los que forman el G-20. Asimismo, dentro de los 70 países participantes en el estudio PISA, se incluyen 10 iberoamericanos, la mayoría con experiencias de evaluaciones desde el 2000, es decir en las cinco versiones anteriores al 2015.
Los resultados de PISA para la República Dominicana, aunque no son los deseables, nos invitan a ver su contenido positivo. Imaginemos resultados de uno de dos escenarios: el primero que no sabemos cuál es nuestra posición en el estudio porque no participamos y el segundo con puntaje superior al que realmente tenemos. En ambos casos se ocultan las competencias educativas de nuestros estudiantes.
En los medios de comunicación se registran comentarios incesantes, que convendría mantuvieron su duración (en preocupación, debate y acción) hasta 2018, cuando se realizará la VII versión de los estudios PISA. Los comentarios resaltan el ánimo derrotista, los excesivos diagnósticos y la falta de voluntad para sumar acciones que colocan a la República Dominicana en una mejor posición en futuras evaluaciones nacionales e internacionales.
Los magros resultados en la evaluación PISA, obtenidos por los estudiantes del nivel secundario de la República Dominicana, ofrecen la oportunidad, para realizar los verdaderos ajustes que demanda el sistema de educación para insertarse con calidad (egresados: insesgado, eficiente, suficiente y consistente) y colocarse entre los países con mejores productos educativos del mundo.
Se puede.