La asistencia. Desde la inauguración y hasta el cierre el público se mantuvo dando un buen respaldo al evento. En las tardes la presencia era menor, algo entendible por los compromisos laborales y académicos, pero ya en horas de la noche la asistencia fue a casa llena.

La sala de prensa.  Los colegas de la prensa pasaron muchas dificultades pues la sala de la prensa no estaba acorde con la dimensión del evento: las computadoras eran insuficientes y el Internet fallaba constantemente.

Infraestructura.  La selección del local, la disposición de los espacios y la ambientación de las áreas fue muy atinada pues permitía la libre circulación del público sin provocar los odiosos tamponamientos.

El trato a la prensa.  Como muñecas y muñecos nos sentimos debido a las buenas atenciones y el buen trato recibido por los encargados de esta área. Cherney Reyes y William Vargas quienes además de ser amables tuvieron disponibles todas las informaciones del evento.

El constante retraso.  Una de las pocas espinas de este evento fue el constante retraso que se mantuvo desde el día inaugural hasta el cierre. Hubo ocasiones en las que la tardanza llegó hasta dos horas.

Este fue el caso de Ana Amelia Baéz y el de Custo Barcelona.

La dirección.  Tanto la trilogía organizadora compuesta por Tita Hasbúm, Jorge Diepp y Alex Macías y el equipo técnico dirigido por Angel Garden y Reinaldo Bisonó hicieron un excelente trabajo. Los jóvenes del staff también merecen un 100.

El trato a los diseñadores y a las modelos.  Tanto los expositores nacionales como los internacionales fueron tratado con mucho respeto y altura. El buen trato llegaba hasta a los  modelos.