¡Lo progresivo dentro del PRD y PLD!

¡Lo progresivo dentro del PRD y PLD!

FIDELIO DESPRADEL
¿Qué espacio le quedará a los dirigentes y militantes del PRD y el PLD cuando, sumado a la larga cola que vienen arrastrando en los últimos años, se imponga, a papeletazo limpio, la candidatura de “Miki el que resuelve” en el PRD, y la reelección, en el otrora correcto partido, concebido y creado por el profesor Bosch para la “liberación nacional” de la patria de Duarte? Sólo un amargo sabor a derrota, fruto de conciliaciones, de oportunidades perdidas y de silencios, difíciles de justificar ante la soledad de la conciencia y de sueños irrealizados.

Pero resulta, que en sus orígenes, ambos partidos, y casi todos sus integrantes, no sólo fueron parte de “la luz” presente en aquellos años de luchas, sueños y auténticas siembras, sino que ejercieron, muchos años atrás, un papel progresivo en la triste y rica historia reciente de nuestra vapuleada nación.

Esa sensación de derrota, la sienten y la van a sentir cada vez con más fuerza, aquellas y aquellos hombres y mujeres, unos venidos de otras trincheras, y otros formados en ambas formaciones políticas, a quienes les corre por las venas la sangre, el horizonte y los sentimientos de los Manolo, los Minerva, los Caamaño, los Fernández Domínguez, los Mario Valderas, los Yolanda Guzmán y así una larga lista, que no son más que eslabones de aquellas luchas y aquellos patriotismos que retumban con fuerza quintuplicada en la conciencia de las generaciones políticas que han sabido mantenerse en el camino recto que nos enseñaron los arquetipos políticos y morales de esta parte de la historia nacional.

Aparentemente, a estos hombres y mujeres sólo les quedará espacio para la nostalgia y la amargura; y los más débiles, para una tardía adscripción a los antivalores morales y la entrega de que hacen gala las cúpulas de las formaciones políticas donde militan.

¿Por qué digo aparentemente? Porque tenemos que confiar en los valores presentes al interior de algunos segmentos dentro de esas formaciones políticas; confiar en que la flor de loto puede sobrevivir, e incluso desarrollarse, en medio del estercolero.

Y no podemos seguir presupuestando la construcción de una propuesta política y de un movimiento alternativo, para cambiar el rumbo fatal hacía el cual vienen empujando la nación, sin contar con esas islas progresistas y valores, existentes dentro de esos partidos, que en su momento, jugaron un papel estelar en la historia reciente del país.

¡No es posible pretender “Unir lo Mejor de la Nación Dominicana” sin dotarnos, y sin practicar, la visión de diversidad y de heterogeneidad que debe acompañar una estrategia de este alcance y dimensión!

Lo primero es reconocer esta realidad. Y consecuentemente con ello, tender puentes, enviar señales claras y comportarnos, en la vida política, consecuentes con una visión abarcadora de esta dimensión y alcance.

Sólo quienes sean capaces de la grandeza y el espíritu revolucionario presente en un comportamiento de este contenido, podrán abrir las compuertas que puedan desatar el torrente oculto en las entrañas de nuestro pueblo.

¡No es verdad que todo está perdido! ¡No es verdad que todo el mundo tiene su precio en dólares o cualquier otra moneda de cambio! La siembra desde los años 1959-65 fue demasiado intensa. Y hubo mucha siembra en las décadas anteriores a estos “años de luz”, como para que pensemos que todo está perdido en la República Dominicana.

Sólo los mediocres y los pobres de espíritu pueden anidar un pesimismo y conformismo, que nos condene a la derrota antes de librar nuevas batallas. Y mediocres y pobres de espíritu no sólo existen dentro de esas formaciones políticas, convertidas en maquinarias para la entrega de la Soberanía del país. ¡No! También existen mediocres y pobres espíritus entre una multitud de personas que se dicen de izquierda y progresistas; entre muchos y muchas de aquellas que entornan la boca, y se tocan el pecho, para proclamar su “verticalidad”, evocando sus “méritos” pretéritos.

Creo que la hora de los hornos nos está llegando. Creo que habrán clarinetazos que podrán despertar los espíritus hoy dormidos. Pero estos clarinetazos tienen que contener la grandeza y la visión de luchar por “Unir la Nación Dominicana”; a lo mejor de todos los sectores afectados por el modelo que nos han impuesto en los últimos cuarenta y más años. Y parte de “esa Nación” está en el PRD y el PLD, no sólo en sus centenares de miles de miembros, sino también en sectores que han ejercido, o ejercen, algún papel de dirección.

Creo que el espacio político que estamos obligados a construir, tiene que tener espacio para estos espíritus y personalidades. Y además, que es mucho lo que pueden hacer en este proceso de construcción colectiva, esos espíritus y personalidades.

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