Lo que adeuda el gobierno

Lo que adeuda el gobierno

Siguen las discusiones sobre si lo que el gobierno adeuda es excesivo o no, si debe o puede seguir tomando prestado o no y si  hay o no con qué repagar. Nuestro Banco Central trató este tema en octubre pasado y nuestro Ministro de Hacienda lo hizo en enero ante la Cámara Americana de Comercio. Pero más recientemente una revista editada nada menos que por Funglode aporta nuevos y muy interesantes elementos, más por provenir de una fundación encabezada por el propio Presidente de la República.

Esta publicación enfatiza el fuerte incremento en la deuda interna. Mientras hace diez años, en el 2000, la deuda interna apenas representaba el 14% de la deuda total no financiera y el 86% estaba representado por la deuda externa, el año pasado la interna subió a 35% y la externa bajó a un 65%.  Eso quiere decir que ya más de una tercera parte de la deuda total del gobierno es interna, representada principalmente por los bonos de recapitalización del Banco Central y bonos del Tesoro adquiridos por bancos comerciales y otros inversionistas. Mientras antes nadie quería adquirir pagarés en pesos del gobierno, ahora hay gran “apetito”, para usar la jerga financiera, por ellos.

Durante los últimos años Hacienda ha tenido que pagar una tasa de interés mucho más alta para los bonos en pesos que para los bonos soberanos en dólares, pero tiene la ventaja de que con los primeros no está asumiendo un riesgo cambiario. Si toma localmente al 10% y en el extranjero al 5%, por ejemplo, pero el peso se devalúa un 5%, el costo para Hacienda terminaría siendo el mismo. Además, atrasarse, o dejar de pagar la deuda interna, tendría repercusiones menos graves que si lo mismo ocurriese con la externa.

Otro aspecto que destaca la publicación es que la deuda consolidada del Estado (interna, externa y la financiera -básicamente la deuda al Banco Central) que en el 2000 apenas representaba un 18.4% del PIB, al momento de la crisis bancaria subió a un 48.2%, para bajar a un 34.7% durante el primer año del segundo gobierno de Leonel Fernández, pero ya el año pasado volvió a subir a un 37.3% del PIB.

¿Hay con qué pagar la deuda? El trabajo explica que el gobierno se ha seguido endeudando porque la presión tributaria se ha reducido, por lo que compensa con más préstamos.  Y es que es menos costoso políticamente endeudarse, si se controla el Congreso, que promover una nueva reforma tributaria para depender menos de préstamos.

El trabajo explica que “la capacidad de mayor endeudamiento se está agotando, ya que al disminuir los ingresos, el servicio de la deuda pública, cercano ya al 43% de todos los ingresos tributarios, es ya demasiado alto… por tanto el gobierno debe ser muy prudente de ahora en adelante, ya que a mi juicio estamos agotando el margen que teníamos para aumentar la deuda pública… Una deuda por encima del 40% del PIB desemboca, por lo general, en crisis macroeconómicas. Estamos en un nivel inferior a ese monto, pero cercano”.

Las opciones son claras: o más endeudamiento, o nuevos impuestos, o austeridad en el gasto. El gobierno, mientras pueda y mientras más cercanas las elecciones, preferirá lo primero.

El trabajo termina sugiriendo prestar atención a la “calidad” del endeudamiento. Nosotros hemos criticado (y por hacerlo hemos sido criticados por Hacienda) los préstamos “duros” con bancos comerciales y sin transparencia. El gobierno de Hipólito Mejía se concentró en esas malas operaciones y ahora el actual gobierno en el presupuesto del 2011 ha incluido trece de ellos que suman US$1,324.3 millones. Por si fuera poco está en el Congreso otro empréstito, para la presa de Monte Grande, por RD$354 millones que ni siquiera especifica quién prestará el dinero, a qué tasa de interés, ni a qué plazo. Ya lo aprobó el Senado.

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