Lo que deberíamos hacer

Lo que deberíamos hacer

El gobierno sigue su propaganda millonaria y la oposición, por lo menos una porción de ella, arrinconada por la corriente reeleccionista, ve cómo se sigue gastando el dinero como si fueran hojas de un palo inservible, incapaz de poder evitar tanto desafuero.
Pero lo peor de todo lo que está pasando en este país es el vacío que existe en la sociedad dominicana que parece ser más estomacal y conformista que antes, pues luce conformista, silenciosa y atemorizada como en la era de Trujillo, que estuvo por mucho tiempo sumida en el espanto y con la certidumbre del engaño permanentemente sin poder hacer frente al torbellino de mentiras y miedo que no le permitía hacer nada, y, ahora ni siquiera reacciona, a pesar de las ofensas producidas frente a las mentiras del actual gobierno, manifestando la mayor naturalidad. ¡Qué pena que después de más de cien años el país sufra esa desgracia.
Y dentro del caos reeleccionista, su candidato se despacha con un discurso ofreciendo una cantidad de obras y préstamos a los incautos campesinos, sabiendo que no podrá hacer nada, salvo que emita bonos y más bonos o que quiebre a los bancos nacionales o, también, si sigue creando nuevos impuestos con los cuales podrá extinguir nuestra modesta clase media o tirarla dentro del zafacón del hambre y la miseria.
Frente a esta desgracia el pueblo, con varios aspirantes a la Presidencia de la República, sólo nos resta dos opciones, seguir viviendo al amparo de la mentira que nos abruma o que toda la oposición reconocida se reúna alrededor del aspirante con mayor posibilidad de ganar y todos renuncien a sus aspiraciones y que el PLD concurra sin ningún contrincante, es decir, darle una bofetada a la reelección que luce una verdadera farsa. Luego evitemos ir por el mismo camino de nuestros permanentes vecinos.

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