Lo que dicen las encuestas

Lo que dicen las encuestas

MIGUEL RAMÓN BONA RIVERA
Desde hace un cuarto de siglo, las encuestas han venido ejerciendo un papel cada vez más importante en los procesos electorales dominicanos.

Aunque ya en 1978 Luis Augusto Caminero hijo y su empresa encuestadora vaticinó con gran exactitud el triunfo de Don Antonio Guzmán, es a partir de 1982 en las elecciones ganadas por Jorge Blanco cuando comienzan a tener presencia importantes casas encuestadoras de factura internacional.

Para 1986 el Partido Reformista comienza a utilizar las encuestas como instrumento de trabajo para diseño de estrategias, a través de las firmas contratadas por Jacinto Peynado. Las elecciones de ese año fueron ganadas por el reformismo.

En 1990 las encuestas apuntaban hacia un posible triunfo del profesor Bosch. El Partido de la Liberación Dominicana, auto-proclamando marxista, inició entonces un proceso de cambio de imagen. En los locales de los comités municipales e intermedios, bautizados con nombres de grandes lideres comunistas, como Mao Tse tung, Chou En-lai, Ho Chi Minh, Ernesto Che Guevara y otros más, la cúpula peledeísta dispuso que estos nombres fueran tachados con pintura y borrados de las fachadas de dichos locales.

Bosch quedó, pues, advertido de la posibilidad real de ganar las elecciones. Y de repente, Bosch, viejo maestro de la política, comenzó a cometer «errores» en serie que le fueron restando puntos en las encuestas.

Finalmente, la candidatura Bosch-Hernández perdió frente a la candidatura Balaguer-Morales Troncoso, y cuando la enconada cúpula peledeísta condenó las elecciones como fraudulentas, el ex presidente Carter, que había sido el principal observador del proceso, aseguró que en el mismo no se habían producido irregularidades mayores que pudieran cuestionar los resultados. Más aún, el centro de cómputos del PLD dirigido por Víctor Grimaldi coincidió con los resultados dados por la JCE.

El resultado electoral de 1990 produjo una gravísima crisis a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana que conllevó la salida de importantes dirigentes, como Vicente Bengoa, Max Puig, Nércida Marmolejos y muchos otros, y que finalmente relegó al PLD a un lejano tercer lugar en las elecciones de 1994, en donde obtuvo 396 mil votos, equivalentes al 13%.

Tres grandes firmas de prestigio internacional han venido incursionando con gran acierto a lo largo de todos estos años en las mediciones del mercado electoral. Son ellas, la Gallup, actualmente dirigida por Rafael Acevedo; la Penn and Schoen y la Hamilton & Staff. En el plano nacional, la de mayor prestigio por su acertabilidad ha sido el Centro Económico del Cibao.

Para las elecciones de 1996, Jacinto Peynado ganó la candidatura presidencial del PRSC con el 57.5%, frente a Carlos Morales Troncoso que obtuvo el 31.5%. Pero Jacinto cometió un macro error al no ofrecer entonces la candidatura vicepresidencial al sector de «la casa» proclive a Carlos Morales, y así lograr la reunificación del partido, ya que ambos sumaban el 89% de los votos emitidos en las primarias.

Al momento de celebrarse dichas primarias, en noviembre de 1995, seis encuestas coincidían en otorgar a Peynado entre un 14 y 17% en la intención de voto para las elecciones de mayo de 1996. Gallup, Penn and Schoen, Hamilton, Global, Martínez & Salcedo, y el Grupo Español contratado por el Banco Popular así lo afirmaban.

Para marzo de 1996 las encuestas continuaban dándole el mismo porcentaje a Peynado, lo que indicaba que el partido no se había restablecido del trauma post primarias. Era clara la necesidad de una candidatura vicepresidencial que integrara a los sectores del partido que no se sentían representados por Peynado.

Entonces Peynado se dio el tiro de gracia a si mismo al seleccionar como su compañera de boleta a una joven absolutamente desconocida en el Partido Reformista. Peynado hizo lo contrario de lo que le aconsejaban las encuestas.

Para las elecciones del 2004, las tres encuestadoras, Gallup, Hamilton y Penn and Schoen volvieron a realizar mediciones con gran acierto. A mediados de abril ésta era la situación:

Gallup, contratada por Diario Libre, vaticinó 54.8 para Leonel; 27.1 para Hipólito y 14.4 para Eduardo.

Hamilton, contratada por el periódico HOY, vaticinó 54 para Leonel, 27 para Hipólito y 14 para Estrella.

Penn and Schoen, patrocinada por grupos privados, predijo 59 para Leonel, 27 para Hipólito y once para Eduardo.

Los resultados finales de las elecciones fueron 57.11 para Leonel, 33.65 para Hipólito y 8.65 para Eduardo.

Arribamos ahora al presente proceso electoral. Las mediciones actuales colocan al presidente Leonel Fernández entre el 42 y el 50%. Miguel Vargas está entre 30 y 38%, y Amable se sitúa entre el 10 y el 17%.

Lo que están señalando las encuestas en esta situación es que si queremos derrotar la reelección de Leonel Fernández deberá producirse una gran alianza opositora en primera vuelta que aglutine todos los sectores nacionales contrarios a que continué en el poder el actual equipo gobernante.

¡Hay que unificar la oposición!

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