El equino Benedetto había sido “bautizado” como la “línea del pueblo” el sábado 9 de febrero. Así lo estableció el comentarista Robert Sánchez, de la transmisión del hipódromo Quinto Centenario. Mientras que el narrador de las carreras, ingeniero José Luis Méndez, advirtió a Robert Sánchez: “Esto es carreras de caballos”, queriendo decir, en carreras de caballos cualquier cosa pasa.
En una banca de apuestas, discutíamos con un apostador, quien se atrevió a dar la recua, o sea, él iba a que Benedetto ganaba fácil la carrera, y daba al contrario los demás caballos que iban en la prueba.
Nosotros sosteníamos que Benedetto podía perder, ya que son varios los motivos para que un caballo pierda una carrera. Por ejemplo, puede tener una mala salida; se caiga el jinete; se despiste en una de las curvas; se le caiga la fusta al jinete y no pueda arrear con precisión; que el jockey lo monte negligentemente, en fin, innúmeras circunstancias hay para que un equino pierda una competencia.
Ocurrió que la gran línea perdió la quinta del pasado sábado en el Quinto Centenario y el pool arrojó un dividendo de más de 106 mil pesos. ¿Jugoso el dividendo, verdad?
A la salida el ejemplar dio un traspié y tumbó al jinete y rodó frente a la gatera. Otra velocista, Chinola, ganó la carrera ampliamente.
Al final del evento, el jurado repitió varias veces el video de la salida de la carrera, donde se pudo apreciar claramente como el jinete haló el caballo, que levantó su cabeza, y al salir de la gatera tumbó al jockey. Ahí mismo perdió el gran favorito de la tarde.
Cosas como estas hacen mucho daño al hipismo dominicano, que hoy se encuentra en sus mejores momentos con montos del pool que ascienden a más del millón de pesos por programas.