Como se han sometido al Tribunal Constitucional (TC) impugnaciones a la flamante Ley 33-18, sobre Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, es preciso hacer algunas aclaraciones y proponer correcciones a la misma para cuando sea de lugar, a fin de que sea un instrumento idóneo para la democratización del país.
1. En primer lugar, cualquier objeción a la Ley 33-18 no puede invalidarla en su totalidad, sino exclusivamente en el o los artículos de la misma que puedan ser contradictorios con los principios establecidos textualmente en nuestra Carta Sustantiva.
2. No debe ser obligatorio que se obligue a los partidos a que tengan locales abiertos en todos los municipios del país, sino en las provincias, porque son cercanos. En muchos países hay partidos que no funcionan en partes ciertas de su territorio, por razones regionales o culturales, como Alemania y Bélgica. Aquí bastaría que tengan residencia en el D.N. y dos terceras partes de las provincias
3. Los partidos pueden tener pleno reconocimiento legal para sus actividades, por el respeto a la libre asociación con fines lícitos, como organizaciones no gubernamentales las (ONGS); pero si no alcanzan al 1% de los votos, no deben tener reconocimiento para fines electorales.
4. Resulta discriminatorio que a los nuevos partidos se les obligue a participar solos en las primeras elecciones. En cambio a todos debe exigirse que se les cuenten los votos de su casillas y si no tienen el 1% de los votos, pierden el reconocimiento de la JCE.
5. Los partidos que obtengan solo puestos municipales, deben ser considerados solo como agrupaciones políticas locales.
6. Hay que definir cómo se postulan los precandidatos, como asambleas de dirigentes y plenos de sectores de masas, y eliminar las encuestas, por ser manipulables.
7. Cada sufragante debe tener solo un voto para los cargos plurinominales.
8. Las precandidaturas: pueden ser hasta 5 para los cargos uninominales (Presidente, Senador, alcaldes y directores de distritos), y no más de 2 para los plurinominales. Que haya postulaciones de diferentes tendencias, dentro de cada partido.
9. Los precandidatos más votados encabezarían las boletas, excepto en casos de algunas reservas consideradas muy importantes. Con esto debe eliminarse el voto preferencial, por favorecer el canibalismo político; así como complicar y encarecer las primarias innecesariamente.
10. De esa manera tendríamos la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos que requiere la nación para acabar con la manipulación electoral que puede conducir al país a un abismo político-social.