Lo que le espera a Leonel

Lo que le espera a Leonel

POR ANTONIO PEÑA MIRABAL
El gobierno que encabezará el doctor Leonel Fernández Reyna a partir del próximo 16 de agosto, tendrá la responsabilidad de enfrentar tres graves problemas, cuyas soluciones demandan cuantiosos recursos económicos: el déficit presupuestario en las finanzas públicas el déficit casi-fiscal del Banco Central y la crisis energética que azota al país en los momentos actuales.

Hace bien el presidente electo en buscar en el exterior, posibles inversiones de capitales que dinamicen la paralizada economía del país. El retorno de la confianza es vital para que esos capitales lleguen y para que retornen los más de tres mil millones de dólares que salieron de nuestra economía en los últimos años. Hay que retornarle al país la credibilidad ante los organismos internacionales, hay que quitar de una vez y por todas las nefasta imagen de un gobierno readquiriendo empresas estatales capitalizadas, de un gobierno violando acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, de un gobierno queriendo  hacer añicos la institucionalidad, queriendo entre otras cosas, gastar sin control el presupuesto de la nación.

Los distintos sectores que intervienen en la dinámica económica del país, están consciente de la gran responsabilidad que le espera a las nuevas autoridades. Ellas tendrán que cargar con la irresponsabilidad y la consiguiente consecuencia de llenar la nómina pública de empleos improductivos (botellas). El hoy gobernador del Banco Central afirmó en una ocasión que la nómina pública tenía más de 125,000 empleos que sobraban, sin embargo su gobierno no hizo nada para resolver esta distorsión. Por el contrario, según informaciones gubernamentales, el empleo improductivo se incrementó en los últimos meses, especialmente en el período de la campaña electoral, cuando desde el Palacio Nacional se pretendía imponerle al país la reelección del Presidente Mejía. El doctor Leonel Fernández tendrá que enfrentar la irresponsabilidad de las actuales autoridades, cuando en una violación burda del Código Monetario y Financiero, convirtieron una deuda privada en pública, haciendo añicos la imagen del Banco Central, y transfiriendo a la población una crisis que no creó.

Para enfrentar estos problemas es necesaria la Reforma Fiscal o Tributaria de la que tanto se habla en la actualidad. Lo que ella busca es simplemente incrementar los ingresos del gobierno, a niveles que haga posible revertir el déficit en las finanzas públicas. La debilidad congresual del Partido de la Liberación Dominicana junto a la «dosis de vagabundería» que deben tener los políticos del país, según afirmaciones del Presidente Mejía en su programa Una Vez a la Semana, son hechos que conspiran contra la reforma. Aunque hay un compromiso firmado para «…en el marco del Diálogo Nacional, emprender un diálogo constructivo con los integrantes del Senado y de la Cámara de Diputados a los fines de lograr la aprobación de la Ley de Reforma Tributaria», la forma en que el PRD y sus principales dirigentes se manejan en la oposición, constituyen una suspicaz contención a los esfuerzos que deben emplearse para crear la voluntad política que haga posible la reforma. No es que seamos pesimistas, es que el PRD lo que mejor sabe hacer es oposición, y no debemos olvidar que el doctor Peña Gómez nunca quiso participar del Diálogo Nacional auspiciado por el anterior gobierno del doctor Leonel Fernández. ¿Tienen mayor madurez político el agrónomo Hipólito Mejía y su PPH que el doctor Peña Gómez? No lo creo.

Lo que le espera a Leonel a partir del 16 de agosto pondrá a pruebas su capacidad para sortear situaciones difíciles. Es muy cuesta arriba para un gobierno que se inicia, estrenarse con una Reforma Tributaria, que implicará aumentos de impuestos, que se transformarán, por el momento, en una disminución de la capacidad adquisitiva del salario. Es por ello que las nuevas autoridades deben ya ir considerado medidas que amortigüen el impacto de la reforma, si es que el PRD decide aprobarla definitivamente, porque un gobierno que llega con un 57% de aprobación de la ciudadanía, no puede darse el lujo de ver perdida su popularidad en los primeros cien días de gestión. Hay que evitar más frustraciones a nuestro pueblo, porque con las que las actuales autoridades crearon, ya es suficiente. El país no resiste más crisis y hay que salvar la gobernabilidad, que es salvar al país.

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