Por: Dioni Reyes
Recientemente, la noticia de la anulación de la condena en contra del expresidente de Brasil, Lula Da Silva, acusado de corrupción, acaparó los titulares de la prensa internacional.
La razón de la polémica decisión se sustentó -de acuerdo a declaraciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU-, a que se habría violado el debido proceso en el juicio llevado en su contra.
Lo más preocupante en este caso fueron las declaraciones del expresidente, quien aseguró que durante 9 meses se realizó un show mediático en su contra. “La idea era crear las condiciones para que la sociedad nos condenara para facilitar el trabajo del juez cuando la opinión pública condena, para que el juez diera su veredicto”, aseguró Da Silva.
Como podemos ver, nos estamos enfrentando ante un fenómeno que está arropando a América Latina y que podría llegar a nosotros en República Dominicana y, que por supuesto que debemos evitar a toda costa, siempre pendientes de que el sistema judicial pueda ejercer de manera diáfana su función.
La justicia dominicana debe verse en el espejo del caso de Lula Da Silva, a manera de introspección y auto reflexión, para evitar la réplica de estos juicios mediáticos que lo único que dejarán como consecuencia es la laceración y el daño a la reputación de personas, que luego, pudieran ser declaradas inocentes y absueltas de los cargos que se le imputan.
Abogamos por un Ministerio Público realmente independiente y consciente, de que como ciudadanos, somos una especie de guardianes velando porque se aplique justicia pero siempre actuando con apego a las leyes y a las normas dominicanas, y lograr así, se preserve el respeto al debido proceso.