Debo admitir, que los discursos presidenciales de rendición de cuentas me han resultado desde siempre, aburridos. Desde muchacho nunca pude esconder ante familiares ni sacerdotes, el aburrimiento que me producían las letanías. Y los discursos de los 27 de febrero me parecen una letanía, porque los presidentes tienen que leer gran parte de los informes compilados por cada departamento. Pero hay áreas que por su dimensión y presupuesto, hay que dedicarles demasiado tiempo, dando detalles de las mismas, tramo por tramo, y eso no me resulta placentero.
Pero independientemente de lo tedioso que para algunos puedan resultar estos discursos; de las expectativas que cada sector se hubiese creado; de las interpretaciones que cada ciudadano haya podido darle; de las críticas que haya podido producir, o de las satisfacciones ante el mismo, hubo una nota que particularmente me llamó la atención.
Me refiero a que Danilo, en su condición de presidente, dejo claramente manifiesto que escuchó o sintió el ruido de la calle. Y eso tiene suma importancia, pues refleja que no ignoró los reclamos. Eso indica que por lo menos sabe lo que la gente no quiere o lo que les irrita, y le da la oportunidad de corregir lo que está mal o la gente así lo entiende.
Danilo expresó, o se vio en la necesidad de decir, que está atento al reclamo de la gente, porque debe estar consciente o enterado, por diferentes vías, que ese ruido que se produjo con la marcha, por su composición, no fue el resultado absoluto de una actividad partidaria, aunque algunos partidos participaron, ni de otros sectores pudientes, sino que la mayoría de la gente que se expresó, no están vinculados al partidismo ni a intereses. Muchos lo hicieron de manera espontánea para dar un testimonio palpable de que sienten necesidad de que algunas cosas deben y tienen que cambiar.
En artículos anteriores he expresado que los reclamos populares, en muchos casos, pueden convertirse en los mejores aliados de los mandatarios, de los políticos o de los partidos que gobiernan, pues les brindan la oportunidad de conocer las necesidades sentidas, o los aspectos que en determinados momentos producen irritación. Ya que, como disponen de bálsamos, si saben usarlos y se llevan de los expertos, pueden quitarles el escozor a quienes lo padecen.
Siempre es importante saber cómo piensa cada persona, grupo o sector. Si les gustó o no el discurso de rendición de cuentas. Pero en esta ocasión, para mí resultó sumamente sintomático que Danilo, no solo expresara que escuchó los reclamos, sino que, en vez de criticarlos, los entendió, a su estilo, como una acción con la que simpatiza o la justifica. Y eso, repito, es importante.
Recuerden que he expresado, en más de una ocasión, que ante lo que ha acontecido en el país, las autoridades, los sectores de poder y todos los que tienen algo que perder, necesitan darle un respiro a la nación, y de alguna forma, tendrán que airear algún paño o trapo untado de sangre o que parezca sangre.