Necesitamos sin limitaciones, que las fuerzas vivas de la nación nos reagrupemos en un solo frente, porque todo parece indicar que ya estamos dentro de una dictadura, que viene destruyendo nuestra economía con su continua acción de aumento de sus préstamos a la banca extranjera y a la nacional, con su único propósito de obtener más beneficios personales para los bolsillos de sus dirigentes, ya que estos están inmersos dentro de ese capital salvaje que está destruyendo a todo el mundo.
Lo cierto es que existe un gran descrédito dentro de nuestros dirigentes políticos, salvo raras excepciones, puesto que a pesar sus promesas de naturaleza que los movilizaron a la vida pública, están inmersos en un profundo proceso de falta de credibilidad que afecta a toda la nación, producto del lastre que persiste de los años que padecimos de la tiranía de Trujillo y sus secuaces.
Lo que no acabamos de ver claro a pesar de nuestras experiencias, que vivimos dentro de los treinta años es Trujillo, es que si habrá fuerza para que inventen algo que podamos decir ya por lo menos vemos la luz al final del túnel que nos destruye, porque es muy grande la distancia entre nuestra sociedad y los dirigentes políticos que nos gastamos, y si no creen esto, observemos a nuestra naciente juventud y, desgraciadamente se desgasta por poder obtener fuentes confiable de trabajos y por eso están volcados en la conquista del dinero fácil y el lujo, desde todo en la vida tiene solución y por tanto el cambio de gobierno con su ya desprestigiado PLD, luce su propio hundimiento.
De lo señalado antes, el país necesita una política capaz de crear mayor cantidad de puestos de trabajo y que sepa defender nuestros campos, la estructura industrial y comercial del país, que realice una política agraria agresiva y que obtenga mejor salud para el pueblo, con una enseñanza, que nos permita conseguir una justicia dispuesta a obtener la desaparición de la corrupción que nos azota.