Lo que no pude exponerle al ministro, Jesús Vásquez. También al director general de la Policía Nacional, general Alberto Then. Asimismo, al comisionado ejecutivo para la transformación policial, José Vila, se sintetiza en tres conceptos “epidemiología, puntos críticos y control.

Sesionamos juntos con calidad informativa y seriedad, en el espacio institucional denominado “Compromiso Santiago”. Certera decisión del Poder Ejecutivo convocar esta actividad.

Denuncias de atracos, robos y asesinatos llegan a las redes sociales de Twitter, Instagram y Whattsapp del Plan Estratégico 2030. Lo que inquieta, en una ciudad con tradición de paz como Santiago.

La inseguridad pública y arrabalización de la PN en RD es un problema endémico. No se resuelve a “plumazos”. Una endemia que hace brotes y epidemias periódicas. Estamos en una curva epidémica de inseguridad. Las epidemias aportan enseñanzas sobre la urbanización de la isla. Más del 75% de la gente reside en ciudades. Mientras más habitantes/km2, más factores de riesgos brotan. En 2014, Carlos Fondeur Victoria, presidente del Plan Estratégico de Santiago y quien suscribe, como director, estábamos próximos al alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, cuando ONU-Hábitat reconoció esta ciudad. Se destacaban sus logros en reducir en 10 años (2004-2014) de 92.9 a 27.0 los homicidios por 100 mil habitantes. Poseído de esa quimérica humildad, el alcalde antioqueño bajó del púlpito, nos preguntó: ¿en República Dominicana cómo va la seguridad?, le respondimos, “en 2014, los homicidios por 100 mil están en 15”, el alcalde asombrado confesó “pues entonces, Dominicana es un Edén”. Hoy 2022, se encuentran en 11 por 100 mil, pero no podemos decir que hemos pasado del paraíso a la gloria. En lo que la reforma policial toma cuerpo, lo urgente se controla con recursos especiales. La epidemia de robos, hurtos a personas, negocios, carros y residencias, tiene un mapa geográfico. Cartografía concentrada en el corredor Duarte, específicamente, en Santo Domingo y Santiago, y en algunos polos turísticos.

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En Santiago puede comenzar la reforma policial con respaldo del empresariado y sociedad civil. Se imponen más policías con nuevos uniformes azules, que se pueden confeccionar allá. Todos los cuarteles pueden repararse y policías equiparse tecnológicamente.

Hay que hacer más inteligencia y espionaje en casas de empeño, talleres mecánicos y puntos de droga. Muchos productos robados terminan ahí. Se requiere permisos especiales de circulación de más de una persona por motocicleta e imponer su numeración visible.

También activación de cámaras del 911 y sector privado. Más operativos mixtos con presencia de policías, fiscales y sociedad civil. Acciones restauradoras del liderazgo comunitario por barrios en la confianza de las autoridades.