En los últimos meses se está desarrollando un  laborantismo, en el cual participa el equipo de comunicadores al servicio de una facción del PRD, así como una minúscula parte de la sociedad civil comprometida con esa facción, dirigido a erosionar el prestigio nacional y mundial del Dr. Leonel Fernández, llegando al extremo de judicializar la política con el fin inescrupuloso de inhabilitarlo políticamente y obtener lo que no pueden lograr por la vía de los votos.

Los esfuerzos para desacreditar al Presidente y su gestión se iniciaron con el tema del déficit fiscal. Intentaron presentar ese déficit como el responsable  de la reforma fiscal, cuando era imprescindible e inevitable, independiente de la magnitud del déficit y por eso estaba contemplado en la Estrategia Nacional de Desarrollo. El déficit fiscal, instrumento de política que se usó a nivel mundial para estimular la economía, aquí se intentó convertirlo en un delito penal con la finalidad de llevar al paredón mediático al Presidente Fernández.

Cuando se les agotó la manipulación del déficit entonces desempolvaron un expediente de 2003 (incluyendo el mismo abogado) le agregaron nuevas calumnias y sometieron una querella temeraria, infundada, plagada de inconsistencias cuya medula era presentar a FUNGLODE como una mera fachada que servía para captar recursos producto de donaciones  non-sanctas y esos recursos eran desviados a favor del Dr. Leonel Fernández.

FUNGLODE es una organización sin fines de lucro, un orgullo nacional, donde se han celebrado más de 1,500 eventos que superan 125 mil participantes, especialmente jóvenes, en diplomados, maestrias,seminarios, cursos y conferencias. Hasta el hijo de uno de los querellantes abrevó conocimientos en sus aulas, participó en el “Modelo de las Naciones Unidas”, logró una beca para una maestría, y el apoyo del Presidente Fernández quien lo designó  en una posición en la Embajada de Washington. Como ese caso se dan miles de jóvenes que gracias a FUNGLODE han logrado formación académica de excelencia y se han abierto paso exitosamente en el mercado laboral.

Entre otras insensateces se atribuye al Dr. Fernández el delito del perjurio, porque no declaró como parte de su patrimonio los activos de FUNGLODE, cuando esos abogados saben muy bien que los activos de una organización sin fines de lucro no pertenecen a sus directivos. Es más, si una entidad de esa naturaleza se liquida, sus bienes pasan a otra institución similar o el Estado los asume.

FUNGLODE no es de Leonel Fernández, FUNGLODE es  un “Think Tank”, que está sembrando conocimientos, investigación y debate sobre los temas más acuciantes del país y ha realizado acuerdos con las universidades más prestigiosas de los Estados Unidos y Europa para beneficio de la juventud dominicana.

Como “cuerpo del delito” se alegan los donativos recibidos por FUNGLODE, cuando se sabe que aquí y en todos los países (incluyendo las fundaciones de los expresidentes norteamericanos y también la del Presidente Obama en proceso de creación) las organizaciones sin fines de lucro se financian en parte con donativos y FUNGLODE los ha recibido de las principales empresas y personalidades del país, incluyendo, contratistas tradicionales del Estado.

A su debido tiempo el consejo de defensa del Dr., Leonel Fernández presentará argumentos demoledores a una querella  cuyo único fin es destruir el prestigio nacional e internacional que disfruta un estadista, con una obra de gobierno que sembró el país de infraestructuras para el progreso,  recuperó la economía de la más grave crisis, preservó la estabilidad, triplicó el PIB y además legó un armazón institucional (Carta Magna, Código de Procedimiento Penal etc.) que ha fortalecido el Estado de derecho e incluso permite  a estos abogados someter una querella temeraria y carente de base jurídica.

Lo que no lograron con votos pretenden lograrlo mediante la judicialización de la política, pero no prevalecerán; la calumnia y la mentira no pasará, y no podrán destruir un liderazgo invicto en seis elecciones y de un arraigo indestructible en el corazón de los dominicanos y las dominicanas.