Lo que no se vio de la derrota de Brasil ante Alemania

Lo que no se vio de la derrota de Brasil ante Alemania

El  quinto gol de Alemania marcado a los 29 minutos del primer tiempo en el partido de semifinales contra Brasil fue la mecha que inflamó los ánimos de los fanáticos brasileños en el Estadio Mineirao, en Belo Horizonte.

En «la paliza a Brasil», como algunos llaman el partido contra la selección teutona, los hinchas pelearon, gritaron e insultaron a la FIFA, al director técnico Felipao y hasta la presidenta Dilma Rousseff por igual.

Algunos aficionados incluso comenzaron a abandonar las gradas del estadio donde se disputó el duelo. La facilidad con la cual Brasil sufrió la goliza irritó a la fanaticada que no pudo aguantar la situación, por lo que decidió retirarse durante el medio tiempo.

A partir del tercer gol, algunos fans volvieron sólo para gritar ofensas contra el técnico Luis Felipe Scolari. En algunos sectores del estadio hubo peleas y desmanes. Otros aficionados dijeron haber visto máscaras de la cara de Neymar tiradas en el suelo.

Por otro lado, algunos hinchas brasileños contestaron los cánticos de la afición alemana con un «Soy brasileño con mucho orgullo».

Al cansarse de insultar a Scolari y a la FIFA, algunos aficionados optaron por gritar insultos contra Dilma Rousseff. Según algunas crónicas, los gritos y las ofensas alcanzaron tal volumen que podían ser escuchadas en todo el estadio.

Durante el segundo tiempo, la fanaticada brasileña redujo un poco el volumen de sus críticas y comenzó a gritar un más benévolo «Brasil, Brasil» durante los ataques de la selección canaria.

Uno de los lances que levantó a la hinchada fue un tiro de Paulinho que el portero alemán Manuel Neuer paró de manera impecable. Enseguida, una minoría teutona en el estadio, rebatió el cantar brasileño con un alegre pero desafiante «Río de Janeiro, Río de Janeiro, oh, oh, oh», en referencia al escenario de la gran final.

A los primeros 12 minutos del segundo tiempo, el alemán Miroslav Klose, que batió el récord de goles que Ronaldo ostentaba, fue sustituido por André Schürrle. Enseguida, la hinchada brasileña volvió a perder la paciencia con el delantero Fred quien, con sólo un gol en el Mundial, volvió a cometer errores que los fans no perdonaron.

Tras los 20 minutos, la presidenta Dilma volvió a ser insultada por parte de los aficionados que, desde el Mineirao, la recordaban con gritos a voz en cuello.

Alemania, que desaceleró en el segundo tiempo, volvió a tocar el balón y marcó el sexto gol, cortesía de Schürrle. Algunos fanáticos  brasileños aplaudieron el pie de los alemanes, otros decidieron pelearse entre sí o abandonar el estadio.

Tras la ola de críticas de los aficionados, Felipao retiró a Fred, el jugador más insultado en el campo, para colocar a William, uno de los favoritos para reemplazar a Neymar. Al poco tiempo, Alemania ya estaba marcando el séptimo y último gol del partido.

Después el impresionante despliegue de habilidad de los alemanes, la hinchada brasileña se puso de pie en una clara ovación al fútbol germámico. Por su parte, la afición teutona se preparó para disfrutar de la final el próximo 13 de Junio en el Maracaná.

El único tanto marcado a favor de Brasil fue cortesía del mediocampista Oscar. Su gol fue acompañado de los cánticos «Yo creo, yo creo», de los brasileños del estadio.

Con el pitazo final del árbitro mexicano Marco Rodríguez, «la masacre» llegó a su fin. Para los alemanes queda un partido contra el que resulte victorioso del partido entre Holanda y Argentina, y para los brasileños, un duelo final contra el equipo perdedor de dicho encuentro.

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