El deseo tradicional y obligado es de un Año Nuevo de paz y provecho. Sin embargo, en estos momentos lo que nos puede esperar en días u horas es un conflicto militar extraordinariamente peligroso –EEUU e Irán-, de incalculable impacto global. Sería ingenuidad, rayando en estupidez, pensar que Teherán no cumplirá la amenaza de vengar la muerte de su guerrero número 1 después de lo que muchos analistas estadounidenses consideran una declaración de guerra. Washington destapó una “Caja de Pandora” que provocará acciones y reacciones mutuas. Estaría por ver si la venganza iraní se dirigirá a golpear objetivos militares para causar bajas u objetivos económicos que descarrilen la economía global. Estamos en año electoral estadounidense con un presidente impredecible que pretende reelegirse como sea. ¿Busca un conflicto que distraiga del “impeachment” y le permita aducir de como juzgar a un presidente ante un conflicto militar externo? Comoquiera es cuchillo de doble filo porque, por un lado, puede tener serias consecuencias económicas que empañarían su principal argumento de ser “el mejor presidente” y por otro los demócratas van a demorar la presentación del juicio al Senado y el debate llegaría entonces en plena campaña electoral. Por otro lado, la posible confrontación con irán puede alentar al posicionado en la Casa Blanca a acelerar un acuerdo con China que estimule la economía global, si no es que su impetuoso e irascible carácter agudiza su rabia comercial con esa nación.
Sin tener en cuenta el eventual cataclismo económico en el horizonte se pronostica que Latinoamérica crecerá solo 1.3%, arrastrando aún más su aumento de la pobreza, de la desigualdad y la violencia, lo que puede llevar a gran crisis de gobernabilidad en varias naciones. Según FMI unas 30 naciones emergentes estarían creciendo por encima de 6%, pero EEUU solo 2.1%, lejos del 3% prometido en la consigna “Estados Unidos primero” y China podría colocarse en 5.8%. Podremos comprobar las consecuencias reales de la concreción de la tan anunciada salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. De acuerdo con un criterio compartido por el FMI y el Banco Mundial las tensiones comerciales en 2020 le estarían costando a la economía mundial más de 700 mil millones de dólares, un 0.8% del PIB global.
Mientras que las consecuencias del cambio climático son más obvias, unos ponen por delante intereses económicos particulares por encima del bienestar futuro del planeta. Se observa un debilitamiento del escenario multilateral y el respeto al derecho internacional; ambas cosas constituyen la verdadera garantía de paz y estabilidad internacional por encima de los poderíos nucleares retomados y las prepotencias imperiales. Este año la ONU cumple 75 años sin avanzar en su añejo plan de reforma y democratización y sin confirmarse plenamente en sus objetivos fundacionales. 2020 es también el año en que el desarrollo tecnológico será uno de los principales campos de batalla con la tecnología 5G como estandarte y China y sus empresas forzadas a demostrar su ímpetu.
RD con toda su carga de temas pendientes se verá ante los desafíos y peligros de un año electoral y un impredecible horizonte internacional.