Lo que nunca se ha hecho

Lo que nunca se ha hecho

El candidato del gobierno, Danilo Medina, dice que de ganar las elecciones hará “lo que nunca se ha hecho”.

Desde el gobierno hay acciones que nunca se habían visto, retrasar los permisos de autorización para la instalación de nuevas empresas,  para ablandar a los inversionistas a fin de que contribuyan con altas sumas de dinero para los funcionarios.

Alguno dirá “eso siempre se ha hecho” pero ahora se piden cantidades de dinero estratosféricas o se busca un capitalista criollo para apropiarse de los   estudios y cálculos sometidos por el inversionista, e instalar el negocio para beneficio del funcionario.

Nunca se había visto que los funcionarios del gobierno suplantaran al empresariado nacional, como lo han hecho bajo esta administración de Leonel, Danilo y la parte corrompida del Partido de la Liberación Dominicana.

Un influyente industrial de muchos años de ejercicio, intentaba hablar con un alto funcionario del gobierno y  comentó que no había forma de localizar a esa persona, quien hasta el 2005 le andaba atrás.

“Ahora, comentó el industrial, ni siquiera nos responden las llamadas telefónicas. Están sustituyendo al empresariado. Están metidos en todos los negocios”.

Nunca se había visto un Ministerio Público tan complaciente que ni siquiera se preocupa por ofrecer una declaración de prensa, para aquietar las avispas, expresando que abrirá una investigación sobre los casos de enriquecimiento ilícito tan  palpables que ya han llegado a la prensa y están publicados.

Nunca se había visto que tantos funcionarios públicos de  una administración participen, al mismo tiempo, en la comisión de distintos tipos de delitos contra el patrimonio público y privado, sin que haya siquiera una protesta de parte del gobierno porque sus funcionarios se enriquecen al vapor.

Cuando Danilo Medina dice que hará “lo que nunca se ha hecho” se refiere a que bajo una administración suya serán mayores los pecados políticos y el uso indebido de fondos públicos, el tráfico de influencias y otras diabluras. Ello así, por su silencio culpable ante la rampante corrupción.

Tal situación se parece a la de la muchacha del barrio, ligera como pluma al viento, veterana de todas las piruetas y peripecias sexuales, quien casó con un suizo ignorante de su amplia experiencia planchando sábanas con la espalda, refocilándose con todos los tígueres de todos los barrios, veterana de todas las batallas.

Subieron al más pequeño del barrio a la ventana,  para que describiera la escena: “le quitó los brasieres” dijo, “le quitó los panties” y ante la desnudez, el suizo emocionado dijo: “te voy hacer lo que nunca te han hecho”.

Y el pequeño desde su atalaya comentó: ¡la va a matar!

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