Las causas por las cuales el Partido Revolucionario Dominicano fue barrido en las elecciones de esta semana tiene muchas aristas, un buen arquero sabe que para tener éxito debe tensar el arco con la fuerza precisa, elegir la flecha adecuada, apuntar al blanco, calcular la dirección del viento, tomar en cuenta la distancia y realizar un tiro que tome en cuenta la fuerza de gravedad. Se requieren muchos preparativos para que un arquero dé en el blanco, no importa la distancia.

El éxito en cualquier actividad es fruto de la experiencia, preparación, entrenamiento, práctica y trabajo armonioso en equipo, donde se respete cada una de las piezas porque si falta una no hay el todo.

Era evidente la pobre preparación del PRD para las elecciones que acaban de pasar esta semana. El que acudía a la cita no era el PRD, se trató de una pobre caricatura en la cual esa organización política iba como comparsa.

Cuando se actúa en política los preparativos para cualquier evento deben ser estudiados para crear un plan que facilite el éxito.

Primero: actuar en la dirección de aunar voluntades.

Segundo: tener propósitos claros, definidos y presentarlos como una oferta a discutir por los miembros del grupo.

Tercero: la dirección del partido debe ser ente de moderación, no expresión de un grupo hegemónico que cree ser dueño de la verdad.

Cuarto: la dirección del partido debe viabilizar la participación de todos los miembros en la selección de los directivos de la organización y con más razón cuando se trate de presentar al electorado candidatos a puestos públicos como ordena la Constitución de la República.

Quinto: la dirección del partido debe tener los ojos abiertos y mantener la ventana abierta para que penetre la brisa fresca, esa brisa removerá los malos olores que produce la exclusión, la zancadilla, el privilegio de un grupo en desmedro de la voluntad de la mayoría que no es consultada como si se la despreciara.

Sexto: la violación de disposiciones de las instancias superiores de la organización en un desagradable desconocimiento de esos organismos, en una actitud de toro de Miura que arremete tentado por el paño rojo hasta que lo sorprende la filosa espada del torero enterrada hasta la cruz del acero.

Séptimo la imposición de candidaturas de miembros de la organización y la inclusión en la boleta de personas ajenas al partido que no apartaron votos pero se beneficiaron de los nuestros.

La derrota del PRD tiene responsables que deben dejar la dirección del partido ante su estrepitoso fracaso. Una dirección imparcial que reunifique el partido y respete las decisiones de la mayoría nos puede llevar a la victoria en el 2012…Sin Miguel.