El Banco Mundial da la categoría de país de ingreso mediano alto a aquellos países con un nivel de ingreso per cápita comprendido entre US$3,956 y US$12,235, medido en valores corrientes. Según este criterio, la República Dominicana, con un nivel de ingreso per cápita en 2017 de US$6,630 cae en esta categoría. Los países que tienen niveles de ingreso per cápita superior a US$12,235 son considerados países de ingresos altos y por lo general, en su mayoría, son países desarrollados. En atención a lo anterior, República Dominicana se encuentra a mitad de camino para lograr colocarse entre los países de ingresos per cápita altos.
Una buena noticia es que nuestro país más que duplicó su nivel de ingreso per cápita entre 2005 y 2017. Durante esos doce años se pasó de un nivel de ingreso per cápita de US$3,030 a US$6,630, producto de un crecimiento promedio anual de 5.8%. Si se mantuviera ese nivel de crecimiento, en 2030 la República Dominicana pasaría a ser un país de ingreso alto. Macroeconómicamente esto se podría lograr si mantenemos un adecuado nivel de inversión a nivel interno para lo cual es necesario un mayor ahorro nacional, lo que contribuiría a disminuir las necesidades de financiamiento externo. Adicionalmente, se necesita asegurar los recursos fiscales que se requieren para financiar el desarrollo, garantizando la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
Sin embargo, llegar a ser un país de ingreso alto por si solo no nos aseguraría la condición de país desarrollado. Se necesitarían avances en otras áreas, empezando por la social. El principal reto que la República Dominicana enfrenta en esa área tiene que ver con el cierre de las brechas sociales y lograr la inclusión social. Si bien es cierto que el país ha mejorado en materia de acceso a servicios sociales, una mirada a los indicadores de cobertura de servicios sociales a nivel territorial y grupos de la población según su nivel de ingreso y características socio-demográficas muestra brechas muy significativas. El tema social es uno de los temas más urgente.
Otra área de importancia es la que tiene que ver con el mejoramiento del clima de negocios. Si bien en el marco de las reformas estructurales asociadas a la entrada en vigencia de los acuerdos de libre comercio, el país inició un proceso de reformas administrativas y legales que produjeron importantes avances en la simplificación de los procesos de pago de impuestos, así como la mejoría de las condiciones en que se realiza el comercio transfronterizo, todavía es mucho lo que tenemos que hacer para lograr un mejor clima de negocio en el país.

Pero el reto más importante que enfrenta la economía dominicana es cómo mejorar los fundamentos de la competitividad. Se trata de avanzar en todo lo relativo al desarrollo institucional; en la ampliación y mejora de la infraestructura del país, de manera especial en lo que tiene que ver con las pérdidas de electricidad en transmisión y distribución; en el mejoramiento del sistema educativo y el de salud; en elevar la capacitación de los trabajadores, incorporar ramas productivas con mayores niveles tecnológicos en el aparato productivo nacional.