Un año después del asesinato de la ex Miss Venezuela y actriz Mónica Spear, muchos venezolanos sienten que no se ha hecho justicia.
Aunque hay 10 detenidos y tres condenados por el homicidio que conmocionó al país, el presunto autor material -identificado por las autoridades como Gerardo José Contreras Álvarez, alias «El gato»- sigue prófugo.
La justicia venezolana, pues, no ha cerrado el caso.
Spear y su exesposo, Thomas Henry Berry, fueron atacados por una banda criminal cuando, pasadas las 10 de la noche, su auto se accidentó en una autopista del centro del país.
La exreina de belleza -que iba con su hija de cinco años, Maya- se encontraba de visita en el país, pues residía en Miami desde hace años, donde trabajaba en el mundo del entretenimiento.
País violento
Spear le puso rostro a la violencia rampante que vive Venezuela hace años.
Fue el motivo de una reactivación del Plan Patria Segura, una campaña del gobierno para acabar con la criminalidad. Hubo reuniones, mensajes de cambio, medidas de seguridad.
Pero para muchos venezolanos, nada ha cambiado.
De hecho, según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), los homicidios en 2014 aumentaron: fueron 24.980 frente a 24.763 en el 2013.
Incluso las últimas cifras oficiales, que en 2013 hablaron de 11.700 muertes, reflejan a uno de los países más violentos del mundo.
Accidentados y asaltados
El caso de Mónica Spear fue motivo del libro «Capítulo Final, el homicidio de Mónica Spear» de los periodistas de sucesos María Isoliett y Deivis Ramírez.
La investigación cuenta que Spear y su familia viajaban de noche hacia Caracas de un viaje por el occidente del país cuando se accidentaron por una piedra.
El tramo donde ocurrió el crimen -la autopista Valencia-Puerto Cabello- es famoso por ser peligroso, pues bandas de delincuentes lo bloquean de noche con objetos y asaltan a quienes se accidentan.
Después del accidente, relata el libro, Spear vio una grúa que se detuvo a ayudarle.
Una vez el carro ya estaba sobre la grúa, con la familia adentro, llegaron los delincuentas, que anunciaron el asalto y, acto seguido, empezaron a disparar.
A partir de ahí hay dos versiones: la del expediente policial y la de los delincuentes, ambas reseñadas en el libro.
En la primera el conductor de la grúa no juega ningún papel -sale corriendo- y en la segunda es quien se enfrenta en un tiroteo con los maleantes.
En cualquier caso, hoy el conductor no es acusado por la justicia.
«La investigación policial se llevó a cabo de manera apresurada: detuvieron a 150 personas y de ahí filtraron hasta que quedaron 10», le cuenta Ramírez a BBC Mundo.
«De esos, dos son inocentes», dice el periodista, citando los testimonios que obtuvo en la cárcel.
Respuesta rápida
Tres días después del homicidio, la policía científica dijo que la banda había sido desarticulada en su totalidad y declaró el caso «cerrado policialmente».
El presidente, Nicolás Maduro, se comprometió a poner «mano de hierro» y lanzó una cruzada contra «todos aquellos que pretendan mantener la matanza contra el pueblo».
El mandatario anunció en su momento la creación de una entidad para atender a las víctimas del crimen en el país.
El gobierno también anunció que instalarían en la mencionada autopista cámaras de seguridad y botones de pánico, pero no han sido colocados.
Sin embargo, medios locales han reportado que la seguridad de la autopista ha sido reforzada.
«Excepción»
Según Ramírez, el hecho de que haya varios detenidos y ciertas teorías relativamente parecidas, muestra que el caso de Spear fue especial.
«Acá hubo una respuesta inmediata porque se trata de una figura pública que tocó una fibra muy sensible del venezolano», dice el periodista.
«El hecho de que el autor material siga prófugo muestra cierto grado de impunidad, pero este es un caso aislado porque hay detenidos y algunas certezas», sostiene.
Según el OVV, solo un 5% de los homicidios que ocurren en Venezuela son resueltos por la justicia: el resto, dice la ONG, queda impune.
«En honor a esas 24.000 Mónicas, yo como reportero de sucesos y como venezolano exijo más eficiencia de la policía», dice Ramírez.