El Islam ha tenido presencia en China desde hace 1400 años
China administrativamente cuenta con 23 provincias, 5 regiones autónomas – Guangxi, Mongolia Interior, Ningxia, Xinjiang y Tíbet – y dos regiones administrativas especiales – Hong Kong y Macao- con alto nivel de autogobierno.
Estas fueron colonias del Reino Unido y Portugal, respectivamente, y devueltas a China a finales del siglo XX. Gozan del mismo estatus que le espera a Taiwán – posiblemente con mucha más autonomía – cuando, inevitablemente, reconozca el principio de una sola China.
El Islam ha tenido presencia en China desde hace 1400 años aunque la población prácticante es absolutamente minoritaria.
Muchos comerciantes que protagonizaron la Ruta de la Seda histórica eran musulmanes quienes contribuyeron, junto al comercio, a extender su religión por varias zonas de Asia.
De 55 etnias minoritarias que China reconoce diez constituyen grupos predominantemente musulmanes sunitas pero la mayor concentración se encuentra en la región autónoma de Xinjiang representada por una notable población uigur, tomada como objetivo de una feroz campaña anti China.
Desde los años ochenta China ha apoyado el funcionamiento de escuelas privadas islámicas en áreas musulmanas donde, una vez los estudiantes terminan la educación secundaria, pueden continuar sus estudios religiosos con un Imam.
La excepción es Xinjiang donde ha habido más control por las tendencias separatistas que se manifestaban en esa región.
Dicho esto, podemos empezar a entender cuál es el repentino interés surgido sobre la región y los uigures, aunque en verdad no es nueva la promoción desde el exterior de sentimientos separatistas, estimulando contradicciones culturales y étnicas e, incluso, alentando el extremismo religioso.
En algunos medios internacionales muy hostiles a China le llaman a Xinjiang “República Turquestán Oriental” y en la reciente visita del canciller chino a Turquía se dieron manifestaciones de uigures pidiendo la independencia enarbolando, incluso, lo que sería su bandera. Por los vínculos de los uigures con el Estado Islámico se estimaba en 2014 que unos 300 musulmanes chinos combatían en sus filas.
Además, reportes chinos señalan desde 2014 la detención de 14 mil terroristas, la desarticulación de 1,588 grupos violentos con 2052 artefactos explosivos.
Desde 1990 y hasta 2016 se sufrieron miles de ataques terroristas en Xinjiang muriendo cientos de inocentes, incluyendo policías, con enormes daños a la propiedad. El canciller chino ha afirmado que los problemas de Xinjiang no son religiosos ni de derechos humanos sino de “antisecesión, antiviolencia y antiterrorismo.
Europa y EEUU combaten el terrorismo, en algunos casos con políticas que atentan contra principios religiosos islámicos: cierre de mezquitas, prohibición del velo, enclaustramiento sin derechos legales –quien no entienda, en Guantánamo- pero pretenden que China no resuelva sus problemas internos.
China asegura que los que están en campos de educación han sido condenados judicialmente por terrorismo o extremismo religioso.
En cuanto al último capítulo con denuncias sobre la producción de algodón en la región mediante trabajo forzado, se trata de uno de los trabajos mejor remunerados y altamente mecanizado.
¿Mentira china? Demuéstrenlo sin retórica propagandística con tintes geopolíticos. Se pretende, mediante revueltas separatistas, crear problemas internos.
Ante una economía imposible de frenar, una guerra peligrosa, solo queda estimular separatismos; seguro que en breve se inventan algo en Macao. Atentos, pretenden hacernos ingenuos.