Lo real y lo falso

Lo real y lo falso

Jesucristo, Juan Pablo Duarte, José Martí, y Juan Bosch son cuatro nombres escogidos en orden cronológico para reseñar ciertas características comunes a estos grandes personajes de la historia universal y caribeña.

Ellos fueron visionarios con ideales que contagiaron a muchos de sus semejantes, fueron perseguidos, ninguno acumuló fortuna material  y todos fallecieron sin ver cristalizados sus sueños redentores. Cristo fue traicionado, negado y crucificado por el gran poder romano. Duarte nuestro patricio vivió un exilio doloroso y amargo muriendo olvidado en la selva venezolana. Martí fue mortalmente baleado  en Dos Ríos sin llegar a ver la independencia de su patria. Bosch fue desalojado del poder y deportado a escasos siete meses de gobierno democrático, falleciendo sin que jamás se le permitiera retornar al solio presidencial para completar la obra duartiana. Todos ellos, sin excepción, llegaron al martirio defendiendo principios y verdades.

Hoy, falsos cristianos, simuladores martianos, así como antiguos alumnos boschistas utilizan frases prestadas de nuestros iconos de la justicia social, la ética y moral pública para embaucar a tontos e ignorantes, práctica que les permite acumular poder y fortuna a través de una prédica engañosa.  Siempre hemos mantenido la opinión de que la mentira se asemeja al relámpago en el sentido que tiene un efecto relativamente fugaz, en tanto que la verdad es como el sol, permanece oculto por unas horas pero luego empieza a aflorar con una intensidad creciente que alumbra hasta quemar.  Ello es lo que explica la vigencia milenaria, centenaria  y eterna de estas cuatro columnas de la moral humana.

Contrastan estos abanderados de las causas nobles con otros que solo se recuerdan como el anti ejemplo, entre los que sobresalen Napoleón Bonaparte, Pedro Santana, Adolfo  Hitler, Benito Mussolini, Francisco Franco, Rafael Leónidas Trujillo y otros enanos de la historia. Algunos lobos disfrazados de ovejas están siendo desenmascarados gracias a los avances tecnológicos de la comunicación. La información no solamente viaja a  grandes velocidades sino que también ocurren accidentes afortunados que dan lugar al escape de secretos de Estado que desnudan a charlatanes otrora vendidos como gente honesta y seria.

El mundo está endeudado con un joven australiano hasta hace poco desconocido que responde al nombre de Julián  Assange.  Este periodista creador de la página Web Wikileaks ha filtrado cables oficiales del gobierno norteamericano con informes secretos de sus embajadas que de otra forma tardarían décadas en ser del dominio público. Con la divulgación de verdades escondidas son muchos los santos que han caído de sus altares. Numerosos ídolos de barro se desmoronan para no rehacerse de nuevo. El metal precioso es difícil que se oxide mientras que la hojalata se oxida y deteriora con el transcurrir del tiempo.

Duermen tranquilos Jesucristo, Duarte, Martí y Bosch quienes vivieron siempre de cara al sol, sin nada que ocultar, ni temer.

Murieron en paz con la conciencia y con la frente erguida sin ningún hecho  del que tuvieran  que avergonzarse.

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