Lo responsabilitario

Lo responsabilitario

Vocablos tales como: humanitario, revolucionario, utilitario, societario, han gozado de gran prestigio en los últimos tiempos. “Societario” fue una palabra empleada por los jesuitas en el Paraguay. En las “reducciones” de indios guaraníes los misioneros de esa orden religiosa establecieron métodos de producción “societarios”. Joaquín Balaguer desenterró esta expresión para nombrar o referirse a asuntos comunitarios y populares, sin recurrir al término “socialismo”, proscrito durante la Guerra Fría. Movimientos revolucionarios, “libertarios”, contestatarios, son conocidos por todo el mundo. El PLD, partido en el poder en la RD, fue bautizado por su fundador con el nombre de Partido de la Liberación Dominicana.

Los diccionarios político-sociales contienen los “rótulos” que identifican los principales movimientos políticos de los siglos precedentes: agrarismo, corporativismo, socialismo, comunismo, anarquismo, sindicalismo, cooperativismo. Los “ismos” revolucionarios abarcan la religión, la política, la filosofía, los sistemas administrativos. Movimientos colectivos, como el “regeneracionismo” en España, el «justicialismo» en Argentina, deben ser mencionados. Fascismo, nazismo, falangismo, son mutaciones de la misma especie. Pero cada cierto tiempo surgen nuevas “denominaciones” para llamar parecidas realidades; y, en ocasiones especiales, los cambios sociales obligan a replantear el tinglado político entero o su nomenclatura habitual. Ocurre así en épocas de rápidos cambios culturales o de excesiva movilidad social.

Hace muchos años escribí dos ensayos: “Líderes políticos de cartón” y “Descenso mundial en la calidad de los líderes políticos”. Ambos trabajos aparecen en mi libro “Empollar huevos históricos”, publicado en el año 2001. Desde entonces hasta acá, el fenómeno descrito en ambos ensayos no ha hecho más que acentuar su “visibilidad”. Hay una creciente decepción de las masas con respecto a la conducta de los dirigentes políticos. En muy pocos países los electores están conformes con los presidentes y legisladores en ejercicio.

Parece que el problema central es una crisis de responsabilidad que azota el mundo de los políticos. No les afecta lo más mínimo que los periódicos reseñen: “narcotraficantes cumplen penas mínimas, salen en libertad sin limitaciones y sus bienes no son afectados por disposiciones judiciales”. “Lo responsabilitario”, escrito así, precedido de artículo indeterminado, es uno de los valores morales más vapuleados hoy en las sociedades desarrolladas. No está lejos el día en que alguien propondrá el “responsabilitarismo” como doctrina política.

 

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