Los centros de mesa para boda muy elaborados ya están desfasados y en sustitución de los enormes y pomposos arreglos florales que a vista de todos desafiaban la gravedad, la tendencia la ponen los arreglos modestos, mientras más sencillos, mejor.

Se tiene la percepción de que la boda, siendo un evento tan trascendental, merece que los detalles decorativos sean en extremo elegantes. La visión de hoy es más práctica, decantándose por propuestas fáciles de montar, económicas y  sobre todo amigables con el medio ambiente.

Así encontramos que los famosos cilindros con topes florales se convierten en discretos recipientes que no acogen más de tres flores, los cuales pueden ser tanto de cristal como  inusuales envases tales como latas recicladas, cajitas de cartón, botellas, vasos o copas.

Aunque hay quien decide colocarlos en solitario, es más común formar composiciones con dos o tres de estos recipientes para así crear un centro de mesa vistoso.

 Menos gasto y más creatividad.  Además de la novedad, esta tendencia representa  un alivio para uno de los aspectos  más costosos del presupuesto de bodas.

Se distingue  un aire vintage en estos centros, que no por austeros dejan de ser elegantes. También se observa un giro en el tipo de flores, cambiando las típicas rosas y pompones por ramos exóticos como el ave del paraíso o la buganvilia, muy rara vez vista como decoración de una boda.

El agua y los velones siguen siendo tendencia y ayudan a reforzar el sentido romántico de la ocasión. Hay muchas propuestas, eche un vistazo a algunas de las que presentamos en esta edición.