Lo único que permanece es el cambio

Lo único que permanece es el cambio

SONIA BRITO-ANDERSON
El nuevo milenio nos encuentra en la transición del proceso de globalización, con nuevas demandas de conocimientos y habilidades vinculadas a un manejo creciente de la tecnología, a nuevas destrezas y adaptabilidad al cambio. Cada vez más, se requieren nuevos saberes que se agregan al déficit acumulado de la educación formal en nuestro país.

La atención a la formación y actualización docente se puso en el primer plano de las políticas educativas a partir de la puesta en marcha del Plan Decenal, a principios de los noventa. En materia del paradigma del desarrollo humano, podríamos decir, que dicho plan buscaba hacer productiva la educación mejorando la calidad del recurso humano.

Los tiempos modernos exigen aprender nuevas destrezas, pero también desaprender viejos paradigmas, cambiar esquemas. Es difícil entender que lo único que permanece es el cambio. Cada día los seres humanos despertamos con la enorme y enriquecedora posibilidad de ser mejores y, por lo mismo, de ser más felices. Richard Beckhard (1992), experto en la facilitación de cambios en las organizaciones, resumió así la transformación que ha experimentado el mundo en los últimos años:

1) El mapa del mundo ha cambiado varias veces.

2) Los roles de la industria privada, el gobierno y las organizaciones no gubernamentales han cambiado dramáticamente.

3) La energía ha pasado a ocupar su lugar en la línea detrás de los aspectos ambientales, la pobreza mundial, el diálogo norte-sur.

4) El enfoque en las tecnologías de la información ha sido reemplazado por el enfoque en la administración de la información.

5) La administración de los recursos humanos ha incrementado su relevancia y centralismo a medida que se incrementa la tecnología, y

6) La administración del cambio, que había sido una responsabilidad del área de recursos humanos y de los practicantes del desarrollo organizacional, es ahora una tarea prioritaria de alta gerencia.

Estar abierto al cambio significa estar alerta para detectar los cambios que ocurren día a día a nuestro alrededor y permitir que éstos ocurran, si es que nos convierten, después de analizarlos detenidamente. Es. además, provocarlos cuando descubrimos que no tenemos otra alternativa y, finalmente, es crear las oportunidades de generarlos como estrategia de nuestro mejoramiento de vida.

Cuando se aplica a la persona misma, el cambio es uno de los hábitos de la gente eficaz. En palabras de S. Covey: «es la capacidad que tiene la persona de renovarse a sí misma para lograr obtener de ella siempre los mejores recursos que le permitan mejorar su eficacia».

En términos sencillos como personas, como profesionales, como proveedores de servicios, el vencer la resistencia al cambio es una tarea del día a día que nos hará mejores y más grandes seres humanos.

hacemos este preámbulo a propósito de la implementación de la estrategia Cuidados Obstétricos de Emergencia, la cual implica: a) realización de episiotomía selectiva a la mujer en el momento del parto; b) manejo activo de la tercera etapa del parto; c) uso selectivo de soluciones parenterales y maniobras invasivas en la labor del parto y d) acompañamiento de un familiar a la parturienta durante la labor de parto, entre otros aspectos.

La aplicación de esta nueva estrategia conlleva desaprender y aprender nuevas destrezas. En versos de Aymara

«Cambia lo superficial, cambia también lo profundo,

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años

Cambia el pastor su rebaño

Y así como todo cambia

Que yo cambie no es extraño».


Sonia Brito-Anderson es Médica Gineco-Obstetra y Salubrista.

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