La popularidad que tiene el locrio en la cocina dominicana no es en vano. Fue ganada a base de las decenas de ventajas que ofrece a los chefs y comensales que se motivan a prepararlo y degustarlo.
Si está usted corto de tiempo y necesita preparar una comida rápidamente, sin hacer uso de muchos ingredientes, el locrio encabeza la lista de opciones por su facilidad de preparación y el poco tiempo que amerita. Basta sazonar la carne o los vegetales que se van a utilizar, echarle agua y arroz y, en un tiempo promedio de 40 minutos, dependiendo de qué sea, tanto usted como sus comensales estarán degustando una de las delicias de la comida criolla.
Dominicano y latino. No sólo los dominicanos son fanáticos de la practicidad y buen sabor del locrio. En realidad este plato también es característico de otros países latinoamericanos. En todos, el origen del locrio se vincula a la influencia de la cultura española y se dice que éste es la versión criolla de la paella española.
Sabroso y versátil. Otro de los valores agregados del locrio es su diversidad. En un mundo cambiante donde la monotonía no es bien vista, el paladar también amerita innovación. Es aquí donde el locrio juega un papel estelar, pues éste puede ser de ingredientes tan económicos y fáciles de conseguir como arenque, salami, salchichas, jamón, pica pica y otro tipo de sardinas.
También hay otros locrios más exóticos que bien pueden ser de camarones, de jaiba o de pulpo.
O bien los tradicionales: locrio de pollo, de cerdo, de chuleta ahumada o bacalao. Para quienes no son amantes de las carnes, también hay locrio de vegetales, de maíz y de molondrones.
Entre moro y asopao. Es jocoso ver cómo los niños se complican y a veces no logran diferenciar entre un locrio y un moro. La confusión se entiende porque entre estos dos platos hay muchas similitudes, pero tienen una diferencia importante: el moro es aquel que se prepara con granos (habichuelas, guandules, etc.) como ingrediente principal, mientras que locrio es la combinación de arroz con cualquier otro ingrediente, siempre y cuando se preparen juntos. Claro, la creatividad y el ingenio del dominicano no se detienen, por lo que esto puede cambiar una vez que se unen los granos del moro con los demás ingredientes del locrio, resultando de esto el también famoso moro-locrio.
Los locrios también se asemejan a los asopaos, sobre todo en su preparación general. De hecho, para convertir un locrio en asopao únicamente se requiere añadirle más agua y no permitir que se seque. ¡Es una delicia!
Receta
Locrio de trigo y longaniza
4 tazas de trigo
1 1/2 libra de longaniza
7 tazas de agua
5 cucharadas de aceite
2 cucharadas de pasta de tomate
1/4 taza de ajíes verdes en cubitos
2 tomates cortados en cubitos
1 pizca de orégano
1 cucharadita de ajo majado
1 pizca de pimienta negra molida
1/4 taza de apio en trocitos
1 cucharadita de perejil picado
1 cucharadita de cilantro picado
1 cucharadita de romero (opcional)
Sal
Preparación. Caliente el aceite en un caldero. Sofría la longaniza hasta que dore. Agregue ají, tomate, apio y ajo. Deje a fuego bajo por dos minutos revolviendo regularmente. Añada la sal, salsa de tomate y el resto de las hierbas y condimentos. Revuelva. Agregue la taza de agua restante. Cuando hierva, eche el trigo. Revuelva todo bien y tape; deje a fuego muy bajo por unos 35 minutos. Revuelva regularmente para que se cueza uniformemente. Ajuste la sal.