Lograr alianzas electorales no es tarea fácil

Lograr alianzas electorales no es tarea fácil

Las alianzas políticas con el objetivo de participar de forma conjunta en elecciones, no es una tarea tan fácil como algunos entienden, mucho más para los partidos de oposición. Más que por cuestiones ideológicas, porque los fines particulares de cada una de las organizaciones envueltas pueden ser diferentes y las motivaciones distintas.

Dentro del denominado sector opositor, el partido que ha tomado la hegemonía en el sentido de procurar un acuerdo o convergencia, es el PRM, cuya formación es muy reciente y sobre todo, porque la mayoría de los dirigentes y posibles candidatos a cargos electivos salieron del PRD y juraron lealtad al partido naciente, y muchos de ellos entienden que en la nueva organización se les debe respetar como derechos adquiridos.

La fórmula unitaria se hace más compleja aún, por cuanto en las otras organizaciones opositoras envueltas en ese posible proceso, independientemente del deseo de sacar al PLD del gobierno, de alguna forma su participación está ligada a las aspiraciones que algunos de sus dirigentes puedan tener de alcanzar posiciones electivas específicas, tanto en el Congreso como en los municipios, y que esas aspiraciones choquen con los que vienen de la vieja casa perredeísta y ahora se cobijan en la perremeísta. Igual sucede con figuras destacadas y gente llegada de otras latitudes,

Es natural que quienes abandonaron el PRD, por desacuerdos, porque no le daban chance o porque entendieron que al haber disminuido no tenían posibilidades de lograr cargos congresuales y municipales, luchen a brazos partidos por su escogencia como candidatos representando su nueva organización y a los demás posibles aliados; pero por otro lado se podría alegar que también tienen derecho a ser tomados en cuenta como candidatos, los dirigentes de la Convergencia y las personalidades que le dieron la mano amiga y solidaria en el momento de la división y el surgimiento de la nueva organización PRM.

Ambos podrían tener derecho. Sin embargo, hay quienes dicen que eso sólo se puede analizar en frío, porque para los que llevan años luchando internamente y demostrando solidaridades, aunque algunos dando saltos de un lado y otro, no es tan fácil ceder sus aspiraciones, mucho menos luego de que las lealtades partidarias se han ido perdiendo y se haya impuesto la política de defender cada quien su derecho particular.

Dicen, además, que la mística o lealtad partidaria no se crea en meses. Ni siquiera de forma contractual. Una nueva organización, aunque reconozca los méritos acumulados en el viejo partido, necesita tiempo para que esas lealtades partidarias se maduren.

Más fácil se toman en cuenta las lealtades a favor de alguno de los líderes, que hacia las organizaciones mismas. Por eso, no es tan fácil lograr acuerdos de esa naturaleza. Se requiere de muchos sacrificios. Mas, para los que no tienen fe en el triunfo; los que quieren usarlo como vía para alcanzar lo que no pueden por sí solos, para los que entienden que no tienen más oportunidades, o para los que desde ahora están pensando en el 2020.

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