Lograr con acciones concretas que la minería sea segura

Lograr con acciones concretas que la minería sea segura

La extracción de codiciados metales contenidos en suelos y subsuelos dominicanos conlleva riesgos bien conocidos que podrían llegar a lo irreparable para la permanencia de recursos naturales y sanidad ambiental, actividad que no debe escapar a claros y firmes límites y a insoslayables compromisos de remediación paso a paso.

No debería pretenderse mostrarla como fundamentalmente legítima, segura y favorable al país poniendo más énfasis de la cuenta en una costosa promoción para crearle a la minería una imagen artificialmente positiva.

Explotaciones que deben derivar sus mayores frutos económicos y tecnológicos hacia la colectividad nacional y regiones sometidas a demolición sin generar contaminación ni degradar ríos y montañas hondamente.

Es deber de las autoridade recurrir a medios científicos propios para sustentar reglas, flexibilizarlas o endurecerlas para protección de la naturaleza según proceda y estar abiertas a los criterios que mueven cruzadas de la humanidad por la preservación del planeta amenazado más que antes por el cambio climático.

Tarde o temprano los yacimientos se agotan haciendo nacer en las firmas privadas que extraen metales el interés de extenderse hacia territorios vecinos con multiplicación de cráteres y de emisiones residuales críticas.

Nada que vaya más allá de una relación equilibrada con la biodiversidad podría permitirse en este único asiento patrio de 48 mil kilómetros cuadrados.

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