El presidente Buenaventura Báez en el afán de aumentar su poder económico y agenciarse el favor de los Estados Unidos, realizó notables esfuerzos por anexar a esa nación la península de Samaná, iniciativa ésta que encontró gran oposición en el entonces senador estadounidense Charles Sumner, quien consideró el contrato de anexión enviado por el mandatario dominicano como un instrumento de corrupción con el cual se pretendía fortalecer el grupo entreguista que gobernaba la República Dominicana.

Si hoy no tenemos una réplica ampliada de Guantánamo en nuestra querida República Dominicana, es porque un corazón noble como el del senador Sumner impidió que desalmados como Báez entregaran parte importante del territorio nacional, específicamente lo que hoy conocemos como la provincia Samaná.

Una vez más y de manera sorprendente, volvemos a encontrar aliados extranjeros cuyas posiciones coinciden con el interés nacional. Aunque debemos reconocer que se trata de coyunturas históricas muy distintas, pues el caso que nos convoca, la conservación de Loma Miranda, no solo tiene el apoyo del pueblo consciente, sino también del presidente Danilo Medina quien hasta el momento le ha dado victorias a este pueblo, acostumbrado tan solo a recibir derrotas tras derrotas en cada contrato firmado por el Estado Dominicano.

El informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, si bien es cierto que no es vinculante a la decisión que tomará el gobierno central respecto a la conservación o no de Loma Miranda, viene a ratificar lo dicho por millones de dominicanos, expertos y no tan expertos en materia medio-ambiental, que en ese lugar se encuentra un indescriptible santuario de nuestra fauna y flora cuya explotación nos haría culpables eternos de uno de los ecocidios más imperdonables de toda la historia.

Aquí no tenemos que hacer ningún llamado a las autoridades nacionales sobre la decisión más correcta a tomar con Loma Miranda, pues sabemos del compromiso con el interés nacional de quien nos gobierna ahora.