Loma Quita Espuela, un encuentro
con la naturaleza pura

Loma Quita Espuela, un encuentro <BR>con la naturaleza pura

Las instalaciones del Colegio Dominicano de Periodistas fue el punto de reunión para que a las 7:00 de la mañana las cronistas sociales salieran en compañía de sus familiares a conocer la Loma Quita Espuela, en San Francisco.

El entusiasmo era evidente. Pese a las tres horas de trayecto, los pequeños y, por supuesto los adultos, ataviados con jean, suéter y gorra se mostraban dispuestos a vivir la aventura.

Los dos autobuses que los llevarían hasta allí encendieron sus motores. Jesús Moreno Portalatín y Ana Angélica Moreno, propietarios de Helados Bon y ejecutivos de la Fundación Quita Espuela, se encargaron de animar a los ansiosos visitantes.

Tras atravesar el centro urbano de San Francisco de Macorís, el grupo llegó a la Fundación Quita Espuela, donde miembros de la entidad les recibieron con una calurosa bienvenida.

Las lluvias que antecedieron al sábado 7, producto de una onda tropical, “no aguaron la fiesta”, pues el sol era imponente…

Al mediodía comenzó la aventura. Los grupos fueron divididos y posteriormente dirigidos por tres experimentados guías.

Primero, los grupos visitaron un vivero de plantas maderables y frutales, que luego serían transplantados en la loma. Aquí predominan caoba, pino, mara, roble, cabirma de guinea, caba, cola, naranja, aguacate, zapote y cacao.

Más tarde, los grupos se internaron en el bosque de Don Sorón, una especie de selva amazónica ubicada en la farda de la loma y que posee varios escenarios. Desde aquí los visitantes pueden disfrutar del enigma de un bosque húmedo, tapizado de hojas, donde apenas penetra la luz del sol, así como cocotales cimarrones, praderas y arroyos.

La Loma Quita Espuela está considerada como el conglomerado de bosque pluvial más grande de la isla y la principal oferta ecoturística por la que los francomacorisanos muestran gran orgullo.

Esta reserva es madre de buena parte de las aguas del nordeste. En ella nacen cerca de 60 fuentes de agua. Su hidrografía es tan especial que se considera como única en el aprovisionamiento de agua para el consumo doméstico y riego en la región de Salcedo, San Francisco de Macorís, Pimentel y Nagua.

En esta área nacen los ríos Jaya, Cuaba, Cuevas, Nagua, Los Bracitos, Quebrada Prieta y los arroyos La Lagunita, El Arroyaso, Las Cañas, Los Guineos, Brazo Grande y Piedra Blanca.

Para los años 70 y 80 la Loma Quita Espuela tuvo grandes problemas porque estaba destruida más de 55% de la forestación de la loma; fue entonces cuando la fundación, gracias al apoyo de varios empresarios francomacorisanos, actuó para impedir que se le siga destruyendo. Hoy día, Quita Espuela tiene más de 75% de áreas reforestadas.

Al culminar el recorrido los visitantes llegaron a un restaurante donde disfrutaron de un almuerzo campestre compuesto de un moro de habichuelas rojas, gallina criolla, carne de res, ensalada, víveres y aguacate. Este menú fue acompañado de jugo de tamarindo, un café con nuez moscada y helados Bon de café y chocolate orgánico.

Feliciano, un compositor innato, amante de la naturaleza puso la nota musical. El entusiasmo entre los visitantes se mantuvo y más aún la inquietud de los niños por conocer todo lo relacionado a la loma.

A las 4:00 de la tarde, mientras caía una ligera llovizna el grupo partía hacía Santo Domingo.    

UNA FAUNA RICA

Esta reserva cuenta con más del 11% de la diversidad de fauna y flora del país. Es un hogar natural del Solenodon Paradoxus, un mamífero único en el mundo y un fósil viviente en franca vía de extinción.

Esta área protegida, con 74 kilómetros de extensión, tiene una riqueza florística entre 639 especies de plantas.

La fauna silvestre está debidamente representada por 24 especies de insectos, entre ellos una mariposa conocida como Greta Diáfana Quisqueya.

Tiene nueve especies de peces, entre ellos la Anguilla rostrata (único especimen de la familia Anguillidae reportada en la región del Caribe), una especie marina que sale del Océano Atlántico para penetrar en el río Boba y escalar aguas arriba hasta elevarse a las montañas e irse a contar el secreto de las profundidades de los mares a sus compañeras que habitan en las aguas de las cumbres cordilleranas. También se han reportado nueve especies de anfibios, siete de los cuales son endémicos.

Recientemente se ha descubierto una nueva especie de ave que aún no ha sido estudiada y que recibe por nombre Azulejo.

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