Londres muestra a los latinos cómo moverse

<p>Londres muestra a los latinos cómo moverse</p>

POR ROBERT WRIGHT
Para cualquiera que entienda el transporte en Londres, debe haber algo raro en el anuncio de Ken Livingstone, el alcalde populista, el martes de que había llegado a un acuerdo con la compañía petrolera nacional de Venezuela para eliminar 20% de la tarifa en los autobuses de la capital británica. 

Livingstone -quien dijo que utilizará el ahorro para darle a los pobres de Londres la mitad del precio del transporte público- no es propietario ni opera ni un solo autobús. Por el contrario, Transport for London, (TfL) su autoridad para el transporte, recibirá efectivo equivalente a 20% de la cuenta del combustible de las compañías privadas. TfL contrata el servicio de autobuses. Esto más o menos compensará los ingresos menores por tarifas que TfL recibirá de los operadores.

Livingstone ha calificado el ascenso de Hugo Chávez, el presidente radical y populista de Venezuela como “la mejor noticia para América latina en muchos años”. Pero la retorcida estructura de este acuerdo provoca interrogantes sobre cómo “Red Ken” -Ken El Rojo- va a manejar sus demás negocios con Venezuela.

El Ciudadano Ken ha prometido que TfL devolverá la generosidad de Petróleos de Venezuela ofreciendo asesoramiento sobre el sistema de transporte de Venezuela. ¿Reflejarán los consejos de Peter Hendry, el sensato comisario de transporte de Londres los vuelos radicales de imaginación izquierdista a los cuales suele dar alas en ocasiones el señor Livingstone? ¿O reflejará el pragmatismo que él y TfL persiguen cuando abordan los problemas del día a día?

TfL podría, sin duda, explicar la importancia de una relación fuerte, y cooperativa con el sector privado. TfL garantiza los servicios de transporte de buena calidad mediante la contratación de compañas privadas que operan rutas, y les paga de acuerdo con la puntualidad, la limpieza de los autobuses y otras normas

Los funcionarios también admiten, tranquilamente, que el sistema público-privado del Subterráneo de Londres -al que se opuso Livingstone, pero que ahora parece aceptar como una realidad de la vida- ha logrado mejorías en algunas áreas, aún cuando otras siguen siendo un caos.

Ellos bien podrían dar consejos sobre la forma d conducir una competencia de ofertas para financiar operadores privados para los servicios de trenes de superficie, como está haciendo TfL. O podrían esbozar los principios basados en el mercado que han hecho de la congestión del centro de Londres todo un éxito.

Sin embargo, puesto que bajo Chávez, Venezuela ha nacionalizado muchos activos petroleros extranjeros y actualmente está apropiándose de compañías de telecomunicaciones y servicios públicos también de propiedad extranjera, a ese asesoramiento razonable, práctico, podría irle muy mal.

La oficina de prensa de TfL no puede decir qué otra ayuda podría ofrecer, aparte de sugerir que podría darle a Caracas, la capital, buenas luces de tráfico. Esto podría ser más útil para las autoridades venezolanas que los consejos sobre un manejo con tacto de sus críticos.

Y mientras que TfL tiene que enfrentar la oposición visceral del vespertino londinenses Evening Standard, Chávez puede emplear medios más directos; en diciembre, anunció que estaba revocando la licencia de transmisión a la estación de televisión más abierta de la oposición, RCTV.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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