Loor a Francisco del Rosario Sánchez

Loor a Francisco del Rosario Sánchez

Luis Scheker Ortiz

El más cercano, el más fiel, defensor y amigo del patricio Juan Pablo Duarte

Expresidente de la República, abogado, político, nacido en Santo Domingo y fusilado con la bandera tricolor en sus manos en San Juan de la Maguana por orden del nefasto dictador y déspota general Pedro Santana, el prócer Francisco del Rosario Sánchez, el más cercano, el más fiel, defensor y amigo de Juan Pablo Duarte, fundador de nuestra nacionalidad, no tiene una provincia, un municipio, una común cabecera, ni siquiera una avenida o simple calle que se honre su ilustre nombre.

En estos periodos de ocio obligados por la pandemia nos recluimos en la paz del hogar. La afición por la buena música y afán por la lectura nos obliga a hurgar en la pequeña biblioteca libros de todo género literario, obras de celebres autores que más de una ocasión leyera o consultara dejando siempre grata memoria y un mayor saber.

No podía faltar, entre ellos el poeta e inolvidable amigo don Pedro Mir, “Hay un país en el Mundo”, insigne crítico e historiador que por alguna razón sentí su presencia que me guía a su obra “La Noción de Periodo en la Historia Dominicana, II Tomo” referente a la época de las anexiones, todas ellas en oposición a la voluntad del pueblo dominicano que Duarte, precursor de nuestra libertad e independencia proclamara: nuestra patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”.

Viene al caso porque en ese volumen, reconocidos enemigos de Duarte, amado y venerado por su pueblo, traidores de la patria, seres despreciables, mancillan calles y hasta provincias con sus nombres.

Pedro Mir acucioso, perspicaz, nos los recuerda. Narra, a contrapunto, episodios inolvidables: el apoteótico recibimiento de Duarte en el Cibao, que lo declara Presidente de la República, honra que declina con humildad y conciencia cívica que lo ennoblece; y la reacción soberbia inmediata de dos víboras ponzoñosas, en búsqueda de su presa: uno, señor feudal, general Pedro Santana, otro político miserable, Tomás Bobadilla Briones, su dilectísimo amigo, presidente de la Junta Central Gubernativa, anexionistas a ultranza, que declaran a Duarte, el Apóstol de la Libertad, “traidor a la Patria” y lo condenan al destierro con el aval del arzobispo Portes y su Carta Pastoral “que le da el toque de eternidad”: “Califica como ofensa a Dios desobedecer los mandatos y órdenes tanto del general de división y jefe supremo Pedro Santana, como de la Junta Central Gubernativa, para lo cual os conminamos con excomunión mayor, a cualquier persona que se mezclare en trastornar las disposiciones del sabio Gobierno”.

A esa mugre de la Patria herida, pertenece otra figura degradante: el gobernador Juan Sánchez Ramírez, entreguista superbo, “modelo que Santana glorifica de la más elevada manera, cuando contuvo, desmovilizó y desmoralizó las tropas para arrebatarle al pueblo la victoria de Palo Hincado”, dice con propiedad, don Pedro Mir.

Aventureros anexionistas no han faltado a lo largo de nuestra pesarosa historia.
Se hace preciso, hacer limpieza. Repasar la Historia. Honrar a quien honor merece.

Más leídas