Lorenzo Sención – La doctrina militar y Saddan Hussein

Lorenzo Sención – La doctrina militar y Saddan Hussein

En los últimos días se ha debatido mucho acerca de la captura del líder Iraquí Saddam Hussein. Comunicadores, políticos y gente común discuten si la persona presentada a la opinión pública es el ex gobernante; se alega que podría ser otra persona utilizada como un medio de propaganda.

Un país como Estados Unidos de Norteamérica, de tanta influencia política, social y económica, no puede darse el lujo de hacer una maniobra de tal magnitud porque en esta acción está presente su ejército. Los ejércitos tienen principios y normas que lo rigen y sobre todo en los ejércitos organizados esto es sagrado e inviolable y debe ser respetado al pie de la letra: la doctrina militar.

Veamos que quienes hacen el anuncio de la captura de Hussein son el gobernador civil de Irak, pero acompañado por el teniente general Ricardo Sánchez, comandante de las tropas de ocupación y del mayor general Ray Odierno, comandante de la cuarta División de Infantería, cuyas tropas llevaron a cabo la operación denominada Rojo Amanecer que logró el arresto de Hussein.

Estos dos altos jefes militares son generales, oficiales de tres y dos estrellas que al hablar al mundo y a su ejército, se da por descontado que están empeñando su palabra delante de sus tropas. Esto es doctrina. Si ellos no hubieran tenido un 100% de seguridad de lo que estaban exponiendo no aparecen públicamente ni se comprometen ante las tropas.

Vamos a citar un ejemplo que nos toca de cerca. Durante el asalto al hotel Matum, ocurrido el 19 de diciembre de 1965 durante la revolución constitucionalista, cerca de las 5:30 de la tarde se presentó al Hotel un batallón de las tropas interventoras, comandado por un Teniente Coronel de apellido Costa, militar californiano de origen portugués. Este oficial le manifestó al coronel Francisco Alberto Caamaño que a partir de ese momento él era responsable de la situación, queriendo significar que garantizaba la integridad de los constitucionalistas acantonados en el hotel Matum. En ese momento, entró una llamada al radio del teniente coronel Costa, con un mensaje que todos pudimos oír claramente: El comandante en jefe de las tropas norteamericanas le ordenaba al teniente coronel Costa retirarse y con ello facilitar y permitir que las tropas atacantes aniquilaran a las constitucionalistas.

Pero el teniente coronel Costa le dijo a su superior que no podía hacer eso, porque él había empeñado su palabra ante el coronel Caamaño, delante de sus tropas. Por respuesta se escuchó un «coño» y el corte violento de la comunicación. El teniente coronel Costa fue trasladado a su país y puesto en retiro, pero con su conducta hizo honor a los principios y normas más sagrados de un ejército: La doctrina militar.

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