Los “best-seller” de la moda

Los “best-seller” de la moda

El vestido de coctel,  el “furró negro”, la minifalda, la rebeca, el pantalón, la guayabera, la sahariana y el esmoquin son algunas de las prendas que han marcado un momento determinado de la historia de la moda.

Hoy, de rabiosa actualidad, tienen un lugar preferente en muchísimos armarios y, con el tiempo, se han convertido en los “best-seller” de la moda sin fecha de caducidad.

MODAS QUE LLEGARON PARA QUEDARSE

¿Qué hubiese sido de la mini sin botas altas y leotardos? Ese “look” de los años 60 es el fruto del buen gusto del diseñador André Courrèges

FURRÓ NEGRO. En 1922, la prodigiosa diseñadora Coco Chanel inventó un ligero vestido de seda negro, elegante y exquisito con el que convenció a  las mujeres que buscaban una pieza que sirviese para el día y la noche sin tener que pasar por casa. Este vestido también llamado “pétite robe noire” o “vestido negro corto” no ha perdido un ápice de actualidad, siempre de moda.

En la década de los 50 y 60 Christian Dior y Yves Saint Laurent también se rindieron ante la belleza de esta prenda delicada y elegante. En los 80 y 90, años donde se abanderaba el minimalismo y el carácter austero, diseñadores como Issey Miyake, Donna Karan, Giorgio Armani, Tom Ford, John Galliano o Sybilla, entre otros, sucumbieron al poderoso encanto del vestido negro de coctel.

VESTIDO LARGO BLANCO. La inimitable Coco Chanel también quiso vestir a la mujer de largo y tan blanca como a una novia. En 1931, la diseñadora ideó una serie de vestidos de noche blancos que inundaron de “glamour” al Hollywood de la época.

El satén blanco ajustado al cuerpo perdió su inocencia y bañó en elegancia y “sex-appel” a actrices como Carole Lombard y Jean Harlow.

GUAYABERA. Prenda de vestir de hombre que cubre la parte superior del cuerpo, con mangas cortas o largas, adornada con alforzas verticales y, a veces, con bordados, y que lleva bolsillos en la pechera y en los faldones.

Esta famosa pieza tiene su origen en 1790 en Cuba y debe su nombre a los yayaberos, habitantes del río Yayabo, donde el clima es muy caluroso y se necesitaba usar una camisa de manga larga y bolsillos amplios para cargar el tabaco.

La guayabera se convirtió en una prenda representativa del vestir caribeño y en un clásico de la costura latinoamericana. Su fama ha crecido tanto que cada 1 de julio se celebra en Cuba el día de la guayabera. Hoy, esta prenda que se diseñó para el hombre, también tiene su lugar en el armario femenino.

MINIFALDA. En julio de 1965, Mary Quant entra en la historia de la moda con la creación de la minifalda, tras subir el corto de la falda a la altura de medio muslo.

Sin embargo, ¿qué hubiese sido de la mini sin botas altas y leotardos? Ese “look”, fruto del buen gusto del diseñador André Courrèges, que supo combinar a la perfección la alta costura con las tendencia de la calle, otorgó a la mujer la libertad de movimiento, sin miedo a caer en la vulgaridad.

SAHARIANA. Chaqueta propia de climas cálidos, cerrada por delante, hecha de tejido delgado y color claro. Tiene los bolsillos de parche y suele ajustarse con un cinturón. En 1967, Yves Saint Laurent, haciendo gala de su genialidad, subió la sahariana a la pasarela, convirtiéndola en una de sus creaciones más emblemáticas. Un año más tarde, Veruschka se fotografió con ella y se hizo dueña de la calle convirtiéndose en un icono de la elegancia.

VESTIDO DE COCTEL. Con escote pronunciado y con un largo de un palmo por debajo de la rodilla, el vestido coctel fue lanzado por Christian Dior en 1948. Era ideal para acudir al teatro, a una fiesta temprana, incluso para tomar el té a las cinco.

Este original diseño otorgaba la posibilidad de lucir extraordinarios joyas y exquisitos tocados. Generalmente, iba acompañado de una chaqueta bolero.

PANTALÓN. Desde principios del siglo XX, la mujer intentó vestirse con pantalones, aún sabiendo que era diana de burlas. Durante la Primera Guerra Mundial, los pantalones formaron parte del atuendo diario, eso sí, estaban bien vistos para ir a trabajar, pero no estaban permitidos en determinados círculos sociales.

 Posteriormente, la mujer los utilizó para reivindicar sus derechos y se convirtieron en una prenda imprescindible en su vestuario.

Esta prenda debe su nombre a San Pantaleón, médico, mártir del siglo IV y patrón de Venecia, que lucía bombachos, aunque su origen se remonta a los romanos.

Los hombres han utilizado los pantalones desde la antigüedad, aunque no se popularizaron hasta el siglo XIX cuando los franceses hicieron gala de ellos. Hoy es la prenda más popular entre hombres y mujeres.

“BLAZER”. Chaqueta larga y holgada con aire deportivo, originariamente utilizada por los marineros ingleses y luego más tarde  adaptada para los uniformes de colegios y equipos.

Esta prenda lleva el nombre del capitán de fragata británico Blazer, quien lució esta chaqueta en 1837 con motivo de la visita de la reina Victoria a la tripulación de su barco.

A partir de 1920, las mujeres la tomaron del guardarropa masculino y la combinaron faldas plisadas, elaborando así un “look” cómodo y deportivo.

REBECA. Chaqueta femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta. La puso de moda la actriz Joan Fontaine en la película “Rebeca”, de Alfred Hitchcock, en 1940, y de ahí tomó su nombre. Sigue siendo una prenda clásica y muy coqueta.
EFE-REPORTAJES

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