Los “Cundangos” en la historia

Los “Cundangos” en la historia

R. A. FONT BERNARD
Por mucho tiempo, intenté ilustrarme, en torno a la etimología del vocablo “cundango”, frecuentemente repetido por el versátil, y a veces irreverente, autor de la sección “Coctelera”, que se publica en la página 2 del periódico HOY. Y luego de numerosas consultas idiomáticas, me enteré con el “Diccionario Ideológico de la Lengua Española” de Julio Casares, y el Diccionario Secreto” de Camilo José Cela, que la mencionada palabra describe, “un quebranto moral”, que data desde el alba de la Humanidad, conforme lo testimonia El Viejo Testamento.

De acuerdo con el “Diccionario de Julio Casares, “cundango es sinónimo de “pederasta”, “maricón, “puto”, “invertido”, “marica” y “sodomita”, que en la moderna versión norteamericana, es “el Jet, porque vuelan a retropulsión”.

En el Génesis, Capitulo 20-11, se narra que dos ángeles se presentaron el Sodoma, en la casa de Lot, quien les ofreció albergue. Pero que antes de acostarse, los hombres de la ciudad, “mozos y viejos”, preguntaron a Lot, ¿Donde están los hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslo para que los conozcamos”. Y como en aquellos tiempos “conocer” significaba la posesión carnal, el interés de los solicitantes era obvio. Pero para proteger a su huéspedes, Lot les ofreció en cambio a sus dos hijas, “que no habían conocido varón”. Según la Biblia, el Señor cegó a los ansiosos persecutores de los ángeles, e hizo llover fuego y azufre sobre la ciudad.

Como se sabe, Lot intentó escapar con su familia de la cólera divina, y su mujer, desobedeciéndolo, miró hacia atrás, quedando convertida en una estatua de sal. Desde entonces, ese condimento, es para algunos, un símbolo de la mala suerte.

Pero como consta en el Viejo Testamento, la moral de aquellos tiempos distaba mucho de la actual, por lo que a la mayor de las hijas de Lot se le ocurrió, que su padre era ya viejo, y que no “habían hombres que entrasen en ellas como en todas parte se acostumbra”.Lot fue embriagado por ambas, que se acostaron con él, “sin que él las sintiese al acostarse y al levantarse”. Lo que conduce a la suposición, de que Lot tenía el sueño pesado, o que la borrachera que le dieron sus hijas, fue “la de apaga y vámonos”.

En “El Deuteronomio”, Capitulo 23, se habla del “salario del perro”, aludiendo a los “cundangos” a la prostitución masculina, reservada para el servicio de los templos. Y en Grecia, y en Roma, el llamado “vicio nefando”, era culturalmente tolerado. Pero el cristianismo lo condenó, inclusive con la pena de muerte.

De acuerdo con el “Diccionario de las malas palabras”, el feo vocablo “bugarrón”, procede de idioma búlgaro (bourges en el idioma francés) trasladado en el siglo XVII, al idioma español.

La Historia Universal dá constancia, de muchos y muy insignes “cundangos: Entre ellos el Rey Eduardo II de Inglaterra, quien hacia la vida conyugal, para preservar la monarquía, pero que prefería compartir su lecho, con un joven amigo, al que le concedió supremos honores. Fue ajusticiado, introduciéndole un hierro candente, “por donde mas pecado había”. En “La historia de los putos”, citada en su obra por Camilo José Cela, en solo un año del siglo XVI, en Madrid se le dio tormento, en las piras alimentadas con leña verde, a catorce caídos en el “pecado del nefando”.

Y en la obra del historiador Carlos Esteban Deive, titulada “La mala vida”, de la era de la Colonia, se revelan documentalmente, los muchos casos castigados por la Justicia, entre los que cita como ejemplo, el del Oidor Juan de Echegoin, cuya preferencia sexual se inclinaba hacia los jovenzuelos. Fue denunciado por uno de estos, llamado Hernando Bascones, por el temor de ser condenado a la hoguera. La Justicia comprobó, que el Oidor era “un jugador a dos manos”.

Cundangos insignes fueron en el pasado universal, el escultor Miguel Angel, los dramaturgos Oscar Wlde, Shakespeare, Jacinto Benavente; el novelista André Guide, el Mariscal Montgomery, héroe de la II Guerra Mundial; el Rey Saud de Arabia, los poetas García Lorca y el cubano Lezama Lima; el pintor Salvador Dali, el escritor José María Vargas Vila, y un largo etcétera, que cubriría el alfabeto castellano.

Curiosamente, del episodio de Sodoma y Gomorra, ha quedado para la posteridad la palabra “sodomita, quedando como una omisión gramatical, la “gomorrita”.

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