Los “Diarios” de Kurt Cobain, crónicas de una muerte anunciada

Los “Diarios” de Kurt Cobain, crónicas de una muerte anunciada

POR TONY CALDERÓN Y
NICOLE SENCIÓN

El amor a la música y a su familia coexistieron dentro de la piel de Kurt Cobain (1967-1994) con la adicción a la heroína, el dolor por una infancia sin cariño, algunas fantasías violentas y el desprecio por los periodistas de música, según relata el propio cantante en su “Diarios”, que acaban de ser lanzados en su versión en español.

El cantante y guitarrista de Nirvana, el más exitoso grupo de “grunge” estadounidense, escribió entre 1988 y 1994 (año de su suicidio) sus reflexiones cotidianas y sus deseos más secretos: todo aparece minuciosamente registrado en los “Diarios”, que salieron a la venta en los Estados Unidos el año pasado y acaban de ser publicados en español por la colección “Reservoir Books”, del grupo editoral Grijalbo-Mondadori.

El material, vendido por Courtney Love por cuatro millones de dólares, recopila seis años (1988-1994) de cartas no enviadas, dibujos, notas manuscritas, comentarios humorísticos, reseñas inventadas, diatribas de rockero malhumorado y bocetos.

Aunque es unánime considerarlo como el ícono generacional más grande de las últimas dos décadas, el auténtico gran héroe del rock reciente, la publicación de sus diarios aporta más sobre la persona que sobre el personaje, que aparece autorretratado como un muchacho sensible, acomplejado y enojado con el mundo, y que halla en la música un único motivo para la esperanza.

Cobain, desde niño estuvo aterrorizado con el divorcio de sus padres, que se produjo cuando él tenía ocho años.

Las páginas del diario están atravesadas por relatos que dan cuenta de una vida infortunada detrás de la estampa de “rock star”: uno de los tramos, por ejemplo, critica la incapacidad de su padre para “comunicar el afecto” que él siempre añoró, mientras que en otra cuenta la dolorosa realidad de un drogadicto, que busca en la heroína una salida para una afección de estómago.

En un principio “la heroína alivia el dolor”, cuenta Cobain antes de reconocer que “fue una estupidez lo que hice y no pienso volver a hacerlo nunca más. Me compadezco de veras de quien piense que puede utilizar la heroína como medicamento porque, la verdad, no funciona”.

Las páginas autobiográficas también divulgan el amor de Cobain por su esposa e hija: sobre Courtney Love, el cantante afirma que despliega su amor por ella “como un pavo real extiende su plumaje”, en tanto que sobre su hija apunta que hasta tiene miedo de pasearla en auto ante la posibilidad de sufrir un accidente.

La imagen que Cobain deja registrada en su diario, que culmina el día 4 de marzo de 1994 (un día antes de su primer intento de suicidio en un hotel en Roma, apenas un mes antes de su muerte), es la de un joven de 27 años que concreta su sueño, pero que se siente culpable por haber abandonado sus raíces y a sus verdaderos amigos.

Para los fans, el material más interesante desde el punto de vista artístico son los comentarios inéditos de las canciones de “In Utero” y los borradores de las canciones de “Nevermind”, incluso la primera versión del clásico “Smells Like Teen Spirit”.

El libro incluye cartas a algunos músicos coetáneos a los que admiraba (Dale Crober, de Melvins; Mark Lanegan, de Screaming Trees.) y notas informativas que el cantante adjuntaba a los demos que enviaba a las discográficas, a finales de los 80.

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