Los “otros dulces bárbaros”

Los “otros dulces bárbaros”

POR GRACIELA AZCÁRATE
“El silencio de nuestros intelectuales es preocupante porque coincide con la insolidaridad de esta época neoliberal. Ese silencio –voluntario o forzado- delata apatía, indiferencia, veleidad. Pero sobre todo delata algo más profundo: el temor a ser, el miedo a arriesgarse, a tomar partido, aquí y ahora. Los intelectuales dominicanos temen ser hoy lo que deben ser: intelectuales a secas, esto es, conciencias pensantes y responsables.

Al mismo tiempo, pretenden ser algo más de lo que son: burócratas, funcionarios del Estado, asesores del gobierno o de la empresa privada.  Pero no llegan ser lo que son”. Fidel  Munnigh en Areíto, 2 de Junio 2007.

El sábado pasado, muy  temprano en la mañana leí el artículo de Fidel  Munnigh sobre el intelectual dominicano de nuestro tiempo y confieso que me puso melancólica.

Tristísima porque lo que relata da una imagen patética de nuestra “clase pensante”.

Recordé a Antonio Tabuchi cuando escribió un ensayo magistral dedicado a a Humberto Ecco donde hacía la radiografía de una sociedad envilecida por el poder del dinero, prostituida, atravesada por la corrupción impuesta por Silvio Berlusconi, un arribista, “un nuevo rico” multimillonario enriquecido de pronto con fondos de  dudoso origen  que tiene comprada y amordazada a la “intelligentzia italiana” a cambio de favores y dinero.

Melancólica y deprimida recordé una magistral carta de Miguel Fornerin, publicada precisamente en Areíto para  una feria del Libro a Ruth Herrera y por supuesto a José Antinoe Fiallo, reiterativo hasta la obsesión pero siempre lúcido y decente .

El relato de Munnigh también me recordó un libro que se publicó hace unos años donde se incluían las ponencias leídas  en un seminario celebrado en una universidad de Santo Domingo,  para analizar el papel de los intelectuales en la sociedad dominicana.

Casi todos, excepto José Antinoe Fiallo se escudaron en el asunto de que debían ceder sus principios y coherencia intelectual a cambio de trabajo.

Las llorisqueos y las autojustificaciones por supuesto no engañaban a nadie y lo que sí provocaban eran desdén y pena.

Escenario patético y desesperanzador.

Como hace unas largas semanas tengo el espíritu bajo ante la realidad que nos toca vivir, es verdad que seguí el consejo de Asdrúbal Domínguez y empecé a contarme y contarles las vidas de gentes que era intelectuales, que que eran personas comunes, como cualquiera de nosotros, con sus necesidades cotidianas, con las exigencias de todos los días pero que como trabajadores de la cultura y el intelecto habían sido coherentes hasta el final de sus vidas y que, a pesar de las injusticias inmerecidas y las persecuciones habían tenido vidas plenas, prósperas en creación, en los logros del espíritu y el pensamiento.

Es cierto que sufrieron persecuciones por sus ideas, que se fueron al exilio, que pasaron dificultades económicas, que su vida y la de sus familias peligraron  pero fueron coherentes y llegaron al final de sus vidas con la conciencia en paz y  “una hoja de servicio” a la comunidad limpia y transparente.

Por eso escribí de Ramiro Pinilla, de Antonio Tabucchi, de María Elena Walsh, de Carlos Quijano, de Paulo Freire, de Eva Forest…

Hace unos meses ví por televisión, en el canal HBO una película titulada “Outros bárbaros”.

Es un documental sobre Caetano Veloso, Maria Bethania Veloso, Gal Costa y Gilberto Gil.

Todos sesentones, nacidos en la década de 1940, en San Salvador de Bahía, en Brasil,  treinta años después se reúnen en Rio de Janeiro para revivir un concierto de 1976. Todos de mi generación, eran los reyes de ese movimiento llamado  “Tropicalismo” que nos colmó de música, alegría de vivir, libertad y espíritu lúdico a pesar de las desventuras políticas de aquella década que para los sudamericanos significó su “noche oscura”.

Caetano Veloso

El líder del grupo nació el 7 de agosto de 1942, en Santo Amaro de Purificação, en San Salvador de  Bahía, en Brasil.

Su familia  era muy numerosa y  todos amantes de la música. Como todos eran músicos,  Caetano aprendió en su casa a tocar el piano y a los nueve años compuso su primera canción, un baiano. Ya adolescentes con su hermana María Bethania se trasladaron a Salvador de Bahía, donde pasó su juventud y estudió Arte en la Universidad.

“Durante este período, recibió la influencia decisiva de dos genios creativos de Bahía: Joao Gilberto, el inventor de la Bossa Nova, y Glauber Rocha, el padre del denominado “Nuevo Cine Brasileño”. Caetano escribió críticas de cine y empezó a tocar la guitarra. En 1964, participó en el programa “Por ejemplo, nosotros”, espectáculo  que también sirvió de plataforma de lanzamiento de otros cantantes y compositores. Por ejemplo, Gilberto Gil, Tom Ze, Gal Costa y María Bethania. En los años posteriores, todo este grupo de artistas se presentaron en Sao Paulo y Río de Janeiro y constituyeron lo que se llamó movimiento tropicalista.

En 1966 acompañó a María Bethania, que había sido invitada a cantar en una obra musical en Río de Janeiro y obtuvo su primer éxito cuando su hermana grabó esa composición. Ganó varios premios y pudo grabar su primer álbum con Gal Costa llamado  “Domingo”.

En 1968, junto a Gilberto Gil, fue uno de los primeros iniciadores del tropicalismo, movimiento cultural cuyo objetivo era la re-evaluación de la música tradicional brasileña.

Grabó en 1968, su primer álbum solista llamado “Caetano Veloso y su música” y cruzó las fronteras con su controvertida canción “É proibido proibir”  que traducía al español la consigna del mayo francés “Prohibido  prohibir”.

En 1969,  logró con su álbum “Tropicalia”, que surgiera el movimiento musical conocido como “tropicalismo”, del que forman parte algunos músicos de Bahía  y sus amigos de toda la vida como Gilberto Gil, Gal Costa o María Bethania.

Los tropicalistas amalgamaban géneros internacionales y brasileños y los combinaban con sonidos de la bossa nova. Fue una verdadera innovación.

Autor de Tropicalia, la canción emblemática del movimiento tropicalista, desarrolló una serie de letras que lo elevaron a la categoría de poeta. El tropicalismo mezclaba la tradición y la vanguardia, lo erudito y lo popular, lo rural y lo urbano. Muy crítico del régimen militar de la época, fue perseguido, arrestado y debió exiliarse en Inglaterra.

En 1969, tuvo que refugiarse en Londres, casado con Dedé Gadelha, tuvo su primer hijo, Moreno, en 1974. En la actualidad Moreno Veloso es un gran compositor y poeta, independiente de la fama y prestigio de su padre.

En Londres vivió las desdichas del exilio, como lo atestigüan sus “Canciones del Exilio”, escritas en inglés. Una de ellas, “London, London” se convirtió en un éxito, en la voz de Gal Costa.

En 1976, formó un grupo con Gilberto Gil, Gal Costa y María Bethania, e hicieron una gira por Brasil con el nombre de “Los dulces bárbaros”.

Gal Costa

En una entrevista concedida al Diario La Vanguardia de España se dice que:

“De entre aquellos “cuatro dulces bárbaros” a cuyo alrededor acabó gestándose el tropicalismo promediados los sesentas, Gal Costa fue sin duda la representante femenina más implicada. Infinitamente más que María Bethania. Para Gal la movida del tropicalismo llegó a tener un claro sentido político dado el énfasis que ponía en transformar los comportamientos por entonces dominantes”.

Nació el 26 de septiembre de 1945, en San Salvador de Bahía “En su primera juventud, fue muchas otras cosas de gran significado y trascendencia para la sociedad artística brasileira del momento, una sofisticada cantante de estándares jazzísticos, una hippie, una militante carnavalera, una sex symbol de considerable audacia. Y todo eso acabó moldeando una personalidad poliédrica en música, acercándola al rock, al blues, al frevo, usando registros muy variables para adecuarse a sus cada vez más amplios intereses estilísticos”.

Con apenas dos años de edad ya decía que quería ser cantante. Ensayaba sola en su casa, su madre le había regalado una guitarra y para ayudarla, a los 17 años, se fue a trabajar como vendedora en la disquería Roni Discos, donde tenía acceso a todas las novedades de la música popular. Su amiga Dedé tomaba clases de danza y su profesora, Laís Salgado, al oírla  cantar hizo que conociera a Caetano Veloso en Bazarte una mezcla de bar y galería de arte, un local frecuentado por intelectuales, en el barrio de Politheama.

 Desde ese momento comenzó la amistad con Caetano, María Bethânia, Gilberto Gil, Tom Zé y otros artistas de música bahianos.

Participó al lado ellos en el primer show de su carrera: “Nosotros, por ejemplo” que se estrenó en el Teatro Vila Velha . El número más aplaudido del show era “Sol Negro”, de Caetano, en que María Bethania y María de Gracia que era entonces su nombre artístico  hacían un bellísimo dúo.

Dúo que reeditarían treinta años después, para el documental de esos “Otros dulces bárbaros”, con el pelo encanecido, más gordas y contestando muertas de risa que lo que reeditarían serían las canciones, esa poesía joven pero no más  “las barrigas al aire”.

En la película que muestra el concierto actual, detrás de los cuatro cantantes aparece una pantalla donde se trasmite la película de aquellos cuatro jóvenes, sensuales, poéticos, divertidos, con su pelo alborotado y las mujeres muy hermosas y provocativas con “su barriga al aire” y ropas hippies.

Gilberto Gil

Nació en junio de 1942, en Salvador de Bahía, Brasil. Al cumplir ocho años empezó a jugar con el acordeón, enamorado de los cantantes callejeros del mercado de Salvador. A finales de 1950, mientras estudiaba administración de empresas en la Universidad Federal tocaba con un grupo denominado “Os Desafina Dos”. Llevaba una doble vida, dividida entre el estudiante de día y el músico de noche. Cuando escuchó a Joao Gilberto en la radio, lo primero que hizo fue comprarse  una guitarra y aprender a tocar y cantar bosanova. Su primera experiencia profesional como músico la tuvo en la publicidad y vivió de la composición de jingles.

En1964, formó parte de “Nosotros: por ejemplo”, un espectáculo de bosanova y música tradicional brasileña dirigido por Caetano Veloso. Un año después se trasladó a Sao Paulo y  después de actuar en numerosos conciertos, consiguió el reconocimiento popular cuando la cantante Elis Regina grabó su canción “Louvaçao”.

Se establece así como un intérprete de “canción protesta” y comienza a ser muy popular gracias a su papel dentro del movimiento del “Tropicalismo”. En 1966, la fusión de la bosanova con el samba, demás músicas folclóricas y anglosajonas fue una revolución, tanto, que fue arrestado por la junta militar acusado de ser un ejemplo “subversivo” para la juventud. Se exilió en Londres, previo a su arresto junto a Caetano Veloso. En la tierra de los Beatles y del pop tuvo la oportunidad de trabajar con bandas como Pink Floyd, Yes, The Incredible String Band o Rod Stewart, entre otras.

En el año 2003, el presidente Lula da Silva  lo integró al gabinete como Ministro de Cultura y a pesar de las protestas del partido, Gilberto Gil siguió en su ministerio de  cultura puesto que la actividad política y gubernativa no es algo nuevo para él. Ya había sido secretario de Cultura en Salvador de Bahía, donde contribuyó a la recuperación del centro histórico de la ciudad, centro  famoso llamado Peleurinho.

Maria Bethania

Su nombre  real es María Bethânia Vianna Telles Veloso,  nació en Santo Amaro, Bahía, Brasil, el 18 de junio de 1946.  Es cantante y hermana del compositor y cantante Caetano Veloso. Como dice la enciclopedia biográfica: “Es la sexta descendiente de Joao Telles Velloso, operario público del Departamento de Correos y Telégrafos, y de Claudionor Vianna. Quien le dio el nombre fue su hermano Caetano. Con sólo cuatro años, ella sabía cantar un vals del compositor pernambucano Capiba, un éxito de la época en la voz de Nelson Gonçalves, y que tiene como primer verso “Maria Bethânia tú eres para mí la señora del ingenio”.

Es la misma “señora del ingenio” a la cual su hermano envíaba poemas de nostalgia, que después se convirtieron en canciones, como aquella… “Betha, Betha  send me a letter” desde el exilio londinense.

La misma “señora del ingenio” que treinta años después, con sus compañeros Gal, Gilberto y Caetano se reúnen para revivir aquellos  “otros dulces bárbaros” que en el fondo siguen tan libertarios, tan hipies, tan contestarios y tan jóvenes a pesar de las penas y el  tiempo transcurrido.

Fuentes:

Gal Costa web-site oficial: www.galcosta.com.br
(Diario La Vanguardia- España- MINGUS B. FORMENTOR – 09/07/2005)
Giberto Gil: http://www.clubcultura.com/clubmusica/clubmusicos/gilbertogil/intro.htm
Caetano Veloso:
http://www.clubcultura.com/clubmusica/clubmusicos/
caetanoveloso/indexveloso.htm

Gilberto Gil

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