Los 50 años del AID en el país

Los 50 años del AID en el país

El mes pasado varias instituciones nacionales estuvieron celebrando, junto a la embajada de los Estados Unidos, los 50 años de la presencia de la Agencia Internacional para el Desarrollo en el país, que en enero de 1962 llegó  cuando se iniciaba el período democrático,  después de los patrióticos sucesos del 1961, que incluyeron la muerte del dictador y la posterior salida de sus familiares en noviembre.

 El AID se había conformado en noviembre de 1961 bajo las directrices  del presidente Kennedy, como un instrumento de reformas pacíficas,  que los norteamericanos iban a utilizar para llevar a cabo reformas en los países  más pobres  y hacerle frente a las influencias comunistas  que se regaban por todo el mundo, y en especial América, después del triunfo de la revolución cubana.

 Antes de 1961, los programas de ayuda norteamericana  estuvieron  integrados en el llamado Punto  IV, que el presidente Truman había implementado a finales de la década del 40, después del exitoso programa del Plan Marshall que rescató a Europa de las ruinas de la II Guerra Mundial. En la década del 50, ese Punto IV llevaría a cabo muchos programas de ayuda, para convertirse bajo el presidente Johnson en la década siguiente en la Alianza para el Progreso,   después que el malogrado presidente Kennedy le dio el impulso inicial.

El AID llegó al país en enero de 1962, y desde ese momento enfiló sus esfuerzos y entusiasmos hacia la región de  Santiago, en donde el material humano tan emprendedor  y decidido reunía las condiciones  de un empresariado innovador, progresista y dispuesto llevar a cabo las transformaciones para combatir la pobreza.  De inmediato,  con el surgimiento de la Asociación para  el Desarrollo de Santiago, la AIREN de hoy en día, se fueron presentando los planes, que en su arranque fue el surgimiento del Instituto Superior de Agricultura (ISA) que hoy en día es una institución modelo para la renovación de la agropecuaria dominicana.

Más luego, ese apoyo militante del AID al Cibao fortaleció a la naciente Universidad Católica Madre y Maestra, que en evolución recibió un impulso  notable para ser hoy en día la institución líder  de la educación superior.

La principal ayuda del AID, en esa década del 60, fue el aporte para un Plan de Emergencia de $40 millones de dólares, con el cual se inició la administración del doctor Balaguer, que mientras él iniciaba su vasto programa de construcciones de grado a grado, el AID fue más puntual y contribuyó con importantes programas de educación y de salud.

La escuela agrícola salesiana de La Vega fue uno de los frutos más notables del árbol de la AID,  que también tenía  sus proyectos de mejoramiento de la salud, encontrando un campo fértil,  no solo con Pro Familia, sino lo que fuera en 1968 una institución modelo, la Oficina de Desarrollo de la Comunidad,  hoy una deficiente entidad politizada, sin incidencia desarrollista en la comunidad.

La AID ha ido modificando sus objetivos al poner más énfasis en el desarrollo humano y social, dándole más participación a la creatividad de los individuos asociados en instituciones dedicadas al desarrollo humano y político. Continúa  como un instrumento eficaz de la política del Departamento de Estado para presentarse  interesado en el avance  de los pueblos más necesitados del apoyo internacional.

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